17 junio, 2009

¿Hacemos una porno?

Zack y Miri viven juntos en una pequeña casa. No tienen dinero para hacer frente a las facturas y empiezan a notar las consecuencias de los impagos. Ante tal situación, Zack tiene una innovadora idea: rodar una película porno casera.

Kevin Smith quiere recuperar el tiempo perdido. Tras remontar el vuelo con la secuela de Clerks, el director norteamericano espera ocupar ese puesto de privilegio que tenía hace unos años como director de moda independiente. En esta ocasión vuelve a utilizar sus diálogos más peculiares, aunque no llega a alcanzar la grandeza de Persiguiendo a Amy o la propia Clerks. De hecho, la cinta que nos ocupa tiene ciertas similitudes con Amy, especialmente por la infinidad de diálogos relacionados con el sexo, aunque nunca alcanza los delirios y maravillas de antaño. Pero, si algo sigue siendo llamativo en los filmes de Smith, es el elenco actoral.
Junto con Seth Rogens y Elizabeth Banks, ambos notables, encontramos al habitual del director, Jason Mewes, junto con las actrices porno Traci Lords y Katie Morgan. Destacar sobre todo la labor de Banks, muy bien en su papel, que termina convirtiéndose en lo mejor de la película. Ojo a las colaboraciones con ciertos intérpretes, algunas de ellas muy divertidas.



Hablar de grandezas técnicas en ¿Hacemos una porno?, que a todo esto es un título inventado ya que la traducción literal es Zack y Miri hacen una porno, sería perder el tiempo. Smith nunca se ha caracterizado por realizar modernas puestas en escena o por ofrecer trabajadas y meditadas escenas de acción. Por el contrario, Smith si se ha caracterizado por dar al espectador (a SU espectador, se entiende) largas conversaciones, repletas de miles de referencias sexuales, escatologícas y muy, muy geeks. En esta ocasión no podría ser menos y algunos de los mejores momentos llegan gracias a bromas que toman como eje algún cómic o serie de televisión.
La secuencia en la que buscan título para la película resulta realmente divertida, sobre todo si se sabe algo sobre cine porno y se tienen conocimientos de títulos, algo que daría para una tesis doctoral. Puede decirse que, a pesar del esfuerzo que realiza Smith por volver a sus orígenes, al final todo se queda en un mero intento. Nunca consigue ser irreverente, no se arriesga con las escenas sexuales (aunque esto era lógico) y al final ofrece una historia bastante normal, que termina siendo hasta empalagosa.



En definitiva, un Kevin Smith que no es el verdaderos Kevin Smith. Algo de chispa se deja ver, pero aún no ha recuperado el tono que le convirtió en director de culto.

Nota: 6.

11 junio, 2009

Terminator Salvation

Año 2018. La guerra con las máquinas es una realidad y John Connor se ha convertido en el líder que la humanidad necesitaba. Por otra parte, Marcus Wright vaga solitario por el desértico paisaje, en busca de una respuesta que le ayude a comprender qué está pasando, ya que su último recuerdo se sitúa en la que fue su ejecución.

Ya está rondando por los cines la nueva película de
la saga Terminator. En esta ocasión el director ha sido McG, responsable de Los ángeles de Charlie y su secuela y, dicho sea de paso, dos abominaciones contra la humanidad. En esta ocasión, el director sin nombre coge las riendas de un proyecto largamente acariciado y que, curiosamente, se convierte directamente en su mejor película. Lo cual no significa que sea buena, simplemente que es lo más serio y respetable que ha hecho. Con unos primeros minutos muy interesantes (hasta la aparición de un Transformer, perdón, un Terminator gigante) la película se convierte en una sucesión incansable y ruidosa de explosiones, efectos y escenas de acción más o menos bien pensadas, pero en ningún momento innovadoras. El hecho de que entre escena de acción y escena de acción no haya casi diálogo termina por volver loco al espectador, saturado en exceso por tanta explosión y robot asesino.
Y todo ello, a pesar del enorme esfuerzo que ponen Christian Bale y Sam Worthington. El primero realiza su trabajo con eficacia y esfuerzo, como viene siendo habitual, y nos ofrece un John Connor mucho más realista y "entrañable" que el de Nick Stahl, aunque por debajo del mítico de Edward Furlong (si no estuviera desaparecido en combate como todo buen actor infantil que se precie, podría ser el protagonista). Sobre el segundo, sólo puedo aplaudir el descubrimiento del que será, con todas luces, la próxima estrella del cine de acción y aventuras. No es una actor excelente, pero se amolda con comodidad a este tipo de papeles. También aparecen brevemente Helena Bonham Carter y el gran Michael Ironside, paseando rostro y cobrando cheque, junto a Bryce Dallas Howard que, aunque no hace nada, considero muy atractiva y por ello lo agradezco.



Técnicamente, la película es muy recomendable. Buenos efectos especiales, sin usar en exceso el ordenador y unas primeras secuencias trabajadas y bastante prometedoras. Lástima que luego el resultado final no sea el esperado tras los primeros momentos. El director de foto, Shane Urlbut (al que Bale estuvo a punto de asesinar tras meterse en mitad de plano, como todos sabréis) realiza una buena labor en las escenas diurnas, pero deja mucho que desear en las nocturnas. La música de Danny Elfman es lo único que mantiene el nivel durante todo el metraje, y eso que tampoco es la repanocha.
Puede decirse que, como película de verano, está llena de acción y buenos efectos especiales pero que, a la hora de la verdad, estos terminan saturando, agobiando, creando una sensación en el espactador poco recomendable. Con un poco de calma entre escena y escena, McG hubiera logrado una película infinitamente mejor. Es una pena que una saga como Terminator se esté convirtiendo en esto (ojo a las Motos Terminator, un insulto a la inteligencia). Porque seguro que vienen más películas. Al menos nos queda la esperanza de saber que es mejor que La rebelión de las máquinas, a la que el paso del tiempo le sienta muy mal. Bueno, eso y q
ue el gran Schwarzenegger hace un cameo digitalizado.



En resumen, una película que recomendaría para pasar un rato, pero poco más. Si teneis oportunidad, aprovechad para ver las dos primeras partes. Eso si son películas espectáculo. Y es que, ¿dónde te metes Cameron cuando nos haces falta?

Nota: 5.


03 junio, 2009

Los mundos de Coraline

La joven Coraline acaba de instalarse en su nuevo hogar, el Palacio Rosa. Allí su vida sigue siendo igual de aburrida con sus padres hasta que descubre una puerta que la transporta a un mundo paralelo donde todos la tratan bien y se divierte. Pero algo extraño pasa con la madre que habita ese mundo.

Nueva película de animación del director Henry Selick, responsable de las muy notables Pesadilla antes de Navidad y James y el melocotón gigante. De nuevo, el director se sirve de la técnica de animación stop motion para ofrecer al espectador un espectáculo visual llamativo, con
ese estilo entre tétrico y colorido que tan buenos resultados le dio en el pasado. En esta ocasión se basa en una historia original de Neil Gaiman, muy apropiada para el tipo de cuentos que suele narrar.
En el campo de la interpretación destacar el efectivo elenco de voces, con la niña (cada vez menos) Dakota Fanning a la cabeza, muy bien acompañada por Teri Hatcher en el rol de la madre y Keith David como el gato parlanchín. También está, de voz presente, el actor Ian McShane, interpretando a un histrionico domador de circo ruso (o similar).



Técnicamente, la película hace gala de una excelente factura, con escenas de acción muy conseguidas y hasta algún que otro pequeño susto. Al igual que sucediera con los anteriores filmes del director, el público adulto encontrará su hueco dentro de la historia y el público infantil se lo pasará en grande como siempre hace con este tipo de producciones. Quizás algunos momentos lentos o sin poca acción no la posicionen como la mejor obra de su autor, pero aún con ello sigue siendo recomendable.
Puede afirmarse que esta última película de Selick será la responsable directa de rivalizar este año con la inminente Up! de Pixar y, aunque resulta complicado levantar del trono a estos genios, Coraline consigue dibujar una sonrisa permanente en el espectador más exigente, ese que disfruta con historias que no entienden de edades.



En definitiva, una nueva película con la técnica stop motion capaz de enamorar a niños y adultos, muy bien construida e ideal para abrir boca ante la oleada de superproducciones que nos traerá el verano.

Nota: 7.