Bobby dirige uno de los locales de moda en el Nueva York de 1988, El Caribe. El dueño del local es un entrañable ruso que tiene una familia no tan simpática. Su nieto está buscado por el cuerpo de policía de la ciudad por tráfico de drogas. Y en ese cuerpo de policía trabajan el hermano y el padre de Bobby. Así, en medio de todo el marrón, Bobby tendrá que escoger el camino a seguir.
Sin esperarlo, me encuentro con que La noche es nuestra es una de las películas más aceptables que he visto en los últimos meses. James Gray se ha sacado de la manga una historia como las de antes, con violencia a cascoporro, diálogos llenos de "fucks" y un estilo que homenajea al cine setentero más arriesgado. La forma en que inicia la película es todo un acierto, con una secuencia que nos deja muy claro por donde van a ir los tiros. Además, escribe un guión más que decente y nos regala uno de los personajes más carismáticos de los últimos años en este tipo de cine, el gran Bobby Green.
Pero, además de la sorpresa que supone la dirección y el guión de Gray, nos encontramos con la magnífica interpretación de Joaquin Phoenix, que se ajusta al personaje a su medida y se convierte en el mejor protagonista imaginable. Junto a él, el siempre grande Robert Duvall (cuando no hace chorradas con la productora de Jerry Bruckheimer), un descafeinado Mark Whalberg y una sosilla Eva Mendes.
Sin esperarlo, me encuentro con que La noche es nuestra es una de las películas más aceptables que he visto en los últimos meses. James Gray se ha sacado de la manga una historia como las de antes, con violencia a cascoporro, diálogos llenos de "fucks" y un estilo que homenajea al cine setentero más arriesgado. La forma en que inicia la película es todo un acierto, con una secuencia que nos deja muy claro por donde van a ir los tiros. Además, escribe un guión más que decente y nos regala uno de los personajes más carismáticos de los últimos años en este tipo de cine, el gran Bobby Green.
Pero, además de la sorpresa que supone la dirección y el guión de Gray, nos encontramos con la magnífica interpretación de Joaquin Phoenix, que se ajusta al personaje a su medida y se convierte en el mejor protagonista imaginable. Junto a él, el siempre grande Robert Duvall (cuando no hace chorradas con la productora de Jerry Bruckheimer), un descafeinado Mark Whalberg y una sosilla Eva Mendes.
Técnicamente, La noche es nuestra escoge un acertado estilo directo y sin concesiones, que nos quiere recordar claramente a las producciones que se hacían similares en los años 70. El uso de la banda sonora es muy acertado y la gran fotografía de Joaquín Baca-Asay nos regala secuencias bajo la lluvia muy buenas y una escena final donde el humo de un incendio se adueña de la pantalla con total claridad.
Además, Gray nos regala algunas escenas de acción muy bien rodadas y una persecución en coche de lo más original visto en bastante tiempo. Junto con el montaje y la clara intención de ser un homenaje setentero, La noche es nuestra es un acierto tras otro.
En su contra juega el ser una película totalmente anticomercial en estos días y querer revitalizar un género que dejó de asombrar hace algunos años (aunque todavía salgan joyas como Infiltrados, por poner un ejemplo).
Además, Gray nos regala algunas escenas de acción muy bien rodadas y una persecución en coche de lo más original visto en bastante tiempo. Junto con el montaje y la clara intención de ser un homenaje setentero, La noche es nuestra es un acierto tras otro.
En su contra juega el ser una película totalmente anticomercial en estos días y querer revitalizar un género que dejó de asombrar hace algunos años (aunque todavía salgan joyas como Infiltrados, por poner un ejemplo).
En definitiva, una muy agaradable sorpresa que gustará bastante a los amantes del cine policiaco y a todos aquellos que busquen una interpretación sobresaliente del siempre cojonudo Joaquin Phoenix.
Nota: 8.
Nota: 8.