¡¡BRUTAL!! Eso es lo que piensa uno después de ver la última película de Mel Gibson como director, una película excelentemente filmada y con momentos verdaderamente inolvidables que la convierten en una experiencia única para ver en los cines en estos momentos. Mel Gibson, como ya es sabido por todos, es muy ligero a la hora de rodar escenas violentas y crudas, cosa que abunda en Apocalypto a lo largo de todo el metraje. Cuerpos atravesados, caras arrancadas a mordiscos, decapitaciones por doquier (en menos de 20 minutos es posible que veamos una decena de cabezas rodar escalera maya abajo), empalamientos, cráneos rotos, cuchilladas…todo lo que se le haya podido pasar por la cabeza al bueno de Mel está presente en la película, siempre de manera hiperrealista y, en ocasiones, rozando lo desagradable para los más sensibles.
Muchos acusan al director de Braveheart de mostrar a los mayas como una violenta y sanguinaria civilización y lo cierto es que en más de un momento se puede llegar a pensar que a Gibson se le ha ido la cabeza rodando algunas escenas, pero eso no quita para que el director tenga parte de razón y ruede una de las mejores películas de aventuras de los últimos años, arriesgando como lo hizo con La pasión de Cristo, con un grupo de actores totalmente desconocido y el uso del idioma maya para dar aún mayor sensación de realidad (aunque en la última hora apenas haya diálogo).
Sobre los actores sólo se puede decir que están muy bien dirigidos y que al ser verdaderos indígenas encajan a la perfección en cualquier plano y en cualquier papel. Quizás destaque, por ser el protagonista, el joven Rudy Youngblood como Garra de Jaguar, que en menos de dos horas pasa de ser cazador a cazado y de nuevo cazador con una más que digna labor de interpretación (bastante física, por otra parte). El resto del cast está muy acertado y se adapta perfectamente a sus papeles.
Pero si a nivel de dirección y actoral la cosa está bastante bien, a nivel técnico tenemos que hablar de obra maestra. Fotografía, banda sonora, montaje, el uso de efectos digitales…todo está perfectamente articulado y nada, absolutamente nada, chirría a lo largo de la historia. Gibson no deja la cámara quieta en ningún momento y cuando lo hace es para dar un pequeño descanso al espectador, que también necesita respirar.
Las escenas en la ciudad maya son de un nivel técnico espectacular y, sobre todo, hay que destacar la fuerza de los últimos 40 minutos de metraje, donde Garra de Jaguar pierde el miedo y empieza una especie de venganza de los más original y frenética.
Los paisajes son algo que a Mel se le dan de lujo, alcanzando cotas de maestría en los planos aéreos y todos en los que la cámara está dentro de la jungla.
Lo cierto es que, aunque la película pueda tener fallos en lo que se refiere a los aspectos históricos (yo no se mucho sobre los mayas, así que no opino), funciona de manera sobresaliente como película de aventuras con una muy poderosa fuerza visual.
Así que si lo que buscáis es un tipo de cine un poco diferente y queréis pasarlo bien (además de tener un buen estómago, porque algunas escenas son jodidas de ver), Apocalypto es la película perfecta para ver en pantalla grande, tanto por su espectacularidad como por su calidad, calificativos que en muy pocas ocasiones coinciden en el cine y que el bueno (algunos dicen que facha, otros dicen que alcohólico, yo digo que me la suda lo que haga en su vida privada mientras haga películas así de imponentes) de Mel Gibson ha sabido conjugar a la perfección en una muy buena historia de aventuras.
Nota: 8.
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