Un chico que lleva la compra a las vecinas de su madre. Dos jóvenes demasiado influenciados por el Scarface de Pacino. Un señor que entrega dinero de puerta en puerta. Un empresario que entierra las deudas de la gente. Un modisto con peligrosas amistades... todos ellos viven el día a día de la Camorra italiana.
Adaptación de la novela homónima de Roberto Saviano, Gomorra es un valiente acercamiento al mundo mafioso que con tanto glamour nos ha querido vender siempre Hollywood. Aquí, Matteo Garrone, su director, se deja de preciosismos para contarnos una historia simple y de un realismo sobrecogedor, usando la cámara al hombro, un montaje sencillo y a un grupo de actores bastante convincente. Garrone rueda con estudiada sencillez todos y cada uno de sus planos, consiguiendo retratar de manera eficaz y efectiva el mundo mafioso que pretende mostrar. Aquí no hay estrellas interpretando a gangster atractivos a nivel de personaje, aquí hay actores mostrando la dura vida en las calles italianas.
Y es que la cinta se asienta en las interpretaciones de todos sus actores aunque cae en el error de tener demasiados personajes principales y no centrarse especialmente en ninguno, quizás por su estilo documental, que evita que el espectador llegue a sentir una verdadera atracción hacia los personajes, sólo hacia los hechos y la historia.
Y es que la cinta se asienta en las interpretaciones de todos sus actores aunque cae en el error de tener demasiados personajes principales y no centrarse especialmente en ninguno, quizás por su estilo documental, que evita que el espectador llegue a sentir una verdadera atracción hacia los personajes, sólo hacia los hechos y la historia.
Gomorra está rodada con una sencillez apabullante y resulta muy interesante ver un film sobre mafiosos sin ningún tipo de artificio cinematográfico, seguramente ayudado por la novela original, que no he leido, pero que aseguran ahonda en datos y cifras escalofriantes, semejantes a los que la cinta ofrece al final. Con el ya mencionado uso de la cámara al hombro y de un montaje simple que ayuda a seguir las diferentes historias, cabe destacar la casi ausencia de banda sonora, exceptuando momentos puntuales, donde la música sale de los coches o de los equipos de música, algo similar a lo que ocurría en la obra maestra televisiva The wire. Y es que, salvando las distancias, ambas obras se asemejan en su modo de contar la vida en la calle, aunque Gomorra sólo presta atención a las actividades mafiosas.
La cinta es todo un mazazo a la Italia "moderna y cosmopolita" de Berlusconi, demostrando que la Camorra es una de las mayores empresas del país, que genera millones y millones de euros al año y, como aseguran en los datos finales, provoca un asesinato cada tres días. Quizás el mayor problema de la cinta, junto con el ya mencionado anteriormente, sea el basarse en una novela de tanto éxito que, indudablemente, abarcará mucho más en situaciones y en datos exactos que el film. A su favor cuenta con la fuerza de la imagen, que es lo que seguramente convierta a la cinta en un buen complemento del libro.
En definitiva, un ejemplo de humildad cinematográfica, un éxito del cine italiano capaz de desmitificar al capo hollywodiense, cuyo mayor pecado es basarse en un libro precedido de múltiples comentarios y famoso por la amenaza de muerte sobre su autor, Roberto Saviano.
Nota: 7.
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