Basada en la genial novela homónima de Richard Matheson, Soy leyenda prometía, tras dos espectaculares trailers, ofrecernos un buen rato de cine fantástico. Pero nos han vuelto a vender la moto. Resulta que si eliminamos la excelente puesta en escena, el esfuerzo de Will Smith por llegar al espectador y ciertas secuencias muy logradas nos encontramos con un producto vacio, muy vacio.
Y en esta ocasión la culpa no es del director, el notable Francis Lawrence, ya que consigue crear una atmósfera y ofrecer una puesta en escena asombrosa, con Nueva York totalmente abandonada e, incluso, se permite el lujo de ofrecer escenas tan bien rodadas y pensadas como aquella en la que Smith entra en un edificio abandonado siguiendo a su perra o la trampa que los monstruos tienden a nuestro protagonista. En esta ocasión, casi toda la culpa recae en el guión. Porque si. Durante la primera hora de metraje estamos viendo una cinta bastante decente, pero es cuando empiezan a salir vampiritos e historias y los F/X se convierten en los totales protagonistas cuando la película pierde toda la chispa. Así, de un plumazo.
Y es una pena. Porque Will Smith se esfuerza, hace lo que puede, lo que el guión da de si, él lo aprovecha al máximo. Pero un espectador medianamente inteligente no puede aceptar que le tomen el pelo de esa manera. Y más aún si ha leido la novela original. Porque, de nuevo, el guión destroza el libro, como en tantas ocasiones. Lo que en la novela era un final ingenioso y desolador, aquí es un exceso de comercialidad que acaba matando la idea original del film o de la historia.
Técnicamente, Soy leyenda es excelente...hasta que aparecen los dichosos vampiros. Son como Gollum. Pero en lugar de parecer realistas o acojonar, parecen de plástico y son totalmente idiotas, culpa otra vez del guión. Parece que al señor Akiva Goldsman le gusta escribir mal a propósito y decide pasarse por el arco del triunfo el perfil que Matheson hacía en el libro de la nueva raza surgida a raiz del virus. Pero gracias a Lawrence, el resto de F/X ni se notan y son perfectos sobre todo aquellos que nos muestran NY totalmente devastada y abandonada de la mano del hombre. Lo cual habría sido perfecto convinado con la notable fotografía y la casi ausencia de banda sonora. Pero, de nuevo, esto se queda en suposición. ¿Y si el guión lo hubiera escrito otro? Quizás estaríamos hablando de un cipote de película.
Aunque en un principio parece que todos los trucos técnicos se van a usar en beneficio de la historia, pronto se les olvidó a los responsables del film este principio tan básico en el cine y decidieron usar F/X por un tubo hasta para hacer una rata infectada.
En resumen, una muy gran decepción. Nos prometieron la luna y nos han dado una pedrada. Y es una lastima, porque Will Smith me cae bien, porque la puesta en escena es sobresaliente y porque la idea y novela original de Matheson daban para hacer una película cumbre dentro del maltratado genero de la ciencia ficción o del terror. Sólo cabe esperar que Goldsman olvide como coger un lapiz y deje de escribir. Eso si sería beneficioso para la humanidad.
Nota: 5.
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