25 mayo, 2009

The international: dinero en la sombra

Louis Salinger, agente de la Interpol, y Eleanor Whitman, fiscal del distrito de Manhattan, pretende acabar con uno de los grandes bancos del mundo, el IBBC, persiguiendo un rastro que les llevará a sospechar la implicación de la entidad con el contrabando de armas y de contratos multimillonarios.

La última película del director Tom Tykwer nos ofrece una historia de intrigas y asesinatos a la vieja usanza, aunque nunca llegue a ser una película perfecta. Tocando un género al que nunca antes se había acercado, el director alemán rueda con pulso firme y bastante efectividad un thriller serio, quizás demasiado, que aunque nunca llegue a ser un verdadero espectáculo ni a cautivar la atención del espectador si que ofrece algunos buenos destellos de lo que este director puede hacer.
Destacar, sobre todo, el protagonismo de Clive Owen, un actor cargado de carisma y de una calidad interpretativa incuestionable, que debería ser ya una de las mayores estrellas de Hollywood. Como nos tiene acostumbrados, realiza un trabajo serio, siempre capaz de adaptarse al personaje, con su saber estar tan demostrado desde hace unos añitos. Lo acompaña la siempre notable Naomi Watts, que en esta ocasión se convierte en un personaje secundario, pero importante para el devenir de los acontecimientos.



En el plano técnico, The international es una historia muy bien rodada, con cierto sabor clásico. Las escasas escenas de acción están perfectamente planificadas, bien montadas y capaces de mostrar todos los acontecimientos de manera natural, sin movimientos de cámara rebuscados ni cosas similares. Mención especial para la sobresaliente secuencia del Guggenheim, una espectacular escena de acción que se convierte, de lejos, en lo mejor de la producción.
Y, posiblemente, sea esa gran escena la culpable de que la película no sea capaz de recuperar el ritmo en lo que resta de metraje, convirtiendo todo el tramo final en un exceso tedioso y lento, a pesar de las buenas intenciones de Tykwer.



En definitiva, una película bien rodada y efectiva, pero sosa a pesar de la trama central. Eso si, recomendable para cualquier fan del señor Owen.

Nota: 5.

14 mayo, 2009

X-Men Orígenes: Lobezno

1845. Dos jóvenes hermanos se deben dar a la fuga tras el crimen cometido por uno de ellos al usar unas misteriosas garras, fruto de algún tipo de mutación. El tiempo parece no pasar por ellos y juntos sobreviven a todas las grandes guerras del sigo XX hasta que finalmente son contratados para trabajar junto a otros seres con poderes. Incapaz de aguantar las barbaries que cometen, Logan, el otrora joven niño, decide vivir su vida. Es el comienzo de Lobezno.

Hace unas semanas que el primer gran blockbuster de la temporada llegó a nuestras carteleras y a las de medio mundo. Y lo cierto es que el festival de películas palomiteras no empieza con buen pie. La película dirigida por Gavin Hood es todo un despropósito. Ganador del Oscar a la mejor película extranjera con Totsi hace tres años, se convierte en esta ocasión en un simple pelele de los productores, incapaz de imprimir al metraje un ápice de personalidad. Las escenas de acción están cogidas con pinzas y en ningún momento el espectador siente la emoción o la espectacularidad que un buen film de palomitas debe ofrecer. Por supuesto, no voy a culpar del mal resultado al pobre Hood, ya que los productores de la película y, la antaño envidiable, Fox juegan un papel fundamental en los aspectos negativos de la película.
A pesar de todo, si algo puede destacarse de la producción, es la aceptable interpretación de Hugh Jackman y Liev Schreiber. Ambos actores se afanan en conseguir interpretaciones apropiadas para una película de acción y es de agradecer tal esfuerzo, ya que gracias a ellos la película no es un desastre total. Ambos encajan a la perfección en sus papeles y son la nota más positiva de toda la historia, lo que no quiere decir que sean dignos de alabanzas, pero si al menos de intentar satisfacer al público. Del resto de actores ni me acuerdo, y es que ni Danny Huston está especialmente inspirado.



Técnicamente, la película de Lobezno ya está obsoleta. Los efectos especiales huelen desde la distancia y en todo momento quedan mal y forzados. Las escenas de acción no tienen ritmo y caen en el error de considerar espectaculo una central nuclear que se cae a pedazos. De todo el metraje, los títulos de crédito se convierten en lo mejor, algo que ya da para pensar.
El guión de David Benioff es infumable por todos los costados y en ningún momento parece que la lógica haga acto de presencia. Es difícil imaginar como este hombre escribió La última noche. Cosas de la inspiración, supongo. Con todo lo dicho, debo señalar que ni la aparición de Gambito, ni la de algunos supuestos mutantes famosos levantan el vuelo. Y es que, aunque resulte duro, si comparamos está precuela con la tercera entrega de la saga, aquella era una obra de arte. Posiblemenre, y es una opinión personal (como toda crítica, ¿no?) el espectador de verano hubiera disfrutado mucho más con menos ruido e, indudablemente, con otra mayor pagando las promociones y escenarios.



En definitiva, una película que, si bien no es un desastre total, aunque parezca lo contrario tras leer esta reseña, si peca de falta de ideas, de efectos especiales pasados, de una mala dirección y de escenas de acción aburridas. Y así no se puede disfrutar una película millonaria.

Nota: 4.