30 enero, 2007

Apocalypto

Garra de Jaguar vive tranquilamente en mitad de la selva acompañado por su familia y el resto de su tribu. Tras una cacería más que fructífera, una buena cena y una noche de tranquilidad con su mujer e hijo, la aldea es atacada salvajemente por una civilización que ellos desconocen. Aprovechando la confusión inicial, Garra de Jaguar esconde a su familia en una profunda grieta del suelo, de la que sólo podrán salir con la ayuda del cabeza de familia. Pero antes de que pueda hacer nada, el joven es apresado por los mayas y llevado a la ciudad para ser sacrificado, aunque un golpe de suerte hará que los sacerdotes no estimen necesaria su muerte y Jaguar pueda huir para ayudar a su familia.

¡¡BRUTAL!! Eso es lo que piensa uno después de ver la última película de Mel Gibson como director, una película excelentemente filmada y con momentos verdaderamente inolvidables que la convierten en una experiencia única para ver en los cines en estos momentos. Mel Gibson, como ya es sabido por todos, es muy ligero a la hora de rodar escenas violentas y crudas, cosa que abunda en Apocalypto a lo largo de todo el metraje. Cuerpos atravesados, caras arrancadas a mordiscos, decapitaciones por doquier (en menos de 20 minutos es posible que veamos una decena de cabezas rodar escalera maya abajo), empalamientos, cráneos rotos, cuchilladas…todo lo que se le haya podido pasar por la cabeza al bueno de Mel está presente en la película, siempre de manera hiperrealista y, en ocasiones, rozando lo desagradable para los más sensibles.
Muchos acusan al director de Braveheart de mostrar a los mayas como una violenta y sanguinaria civilización y lo cierto es que en más de un momento se puede llegar a pensar que a Gibson se le ha ido la cabeza rodando algunas escenas, pero eso no quita para que el director tenga parte de razón y ruede una de las mejores películas de aventuras de los últimos años, arriesgando como lo hizo con La pasión de Cristo, con un grupo de actores totalmente desconocido y el uso del idioma maya para dar aún mayor sensación de realidad (aunque en la última hora apenas haya diálogo).
Sobre los actores sólo se puede decir que están muy bien dirigidos y que al ser verdaderos indígenas encajan a la perfección en cualquier plano y en cualquier papel. Quizás destaque, por ser el protagonista, el joven Rudy Youngblood como Garra de Jaguar, que en menos de dos horas pasa de ser cazador a cazado y de nuevo cazador con una más que digna labor de interpretación (bastante física, por otra parte). El resto del cast está muy acertado y se adapta perfectamente a sus papeles.

Pero si a nivel de dirección y actoral la cosa está bastante bien, a nivel técnico tenemos que hablar de obra maestra. Fotografía, banda sonora, montaje, el uso de efectos digitales…todo está perfectamente articulado y nada, absolutamente nada, chirría a lo largo de la historia. Gibson no deja la cámara quieta en ningún momento y cuando lo hace es para dar un pequeño descanso al espectador, que también necesita respirar.
Las escenas en la ciudad maya son de un nivel técnico espectacular y, sobre todo, hay que destacar la fuerza de los últimos 40 minutos de metraje, donde Garra de Jaguar pierde el miedo y empieza una especie de venganza de los más original y frenética.
Los paisajes son algo que a Mel se le dan de lujo, alcanzando cotas de maestría en los planos aéreos y todos en los que la cámara está dentro de la jungla.
Lo cierto es que, aunque la película pueda tener fallos en lo que se refiere a los aspectos históricos (yo no se mucho sobre los mayas, así que no opino), funciona de manera sobresaliente como película de aventuras con una muy poderosa fuerza visual.

Así que si lo que buscáis es un tipo de cine un poco diferente y queréis pasarlo bien (además de tener un buen estómago, porque algunas escenas son jodidas de ver), Apocalypto es la película perfecta para ver en pantalla grande, tanto por su espectacularidad como por su calidad, calificativos que en muy pocas ocasiones coinciden en el cine y que el bueno (algunos dicen que facha, otros dicen que alcohólico, yo digo que me la suda lo que haga en su vida privada mientras haga películas así de imponentes) de Mel Gibson ha sabido conjugar a la perfección en una muy buena historia de aventuras.

Nota: 8.

15 enero, 2007

Banderas de nuestros padres

La toma de la isla de Iwo Jima se hace indispensable para las tropas norteamericanas durante la 2ª Guerra Mundial. Allí, un grupo de soldados serán fotografiados mientras alzan un mástil con la bandera de su país, convirtiéndose en héroes a su pesar y transformándose en la herramienta política y propagandística que el gobierno y, sobre todo, la economía estadounidense necesitan en ese momento.

Pues al fin, tras varios meses de retraso respecto al estreno previsto en nuestro país (que si noviembre, que si enero) llega la nueva cinta de Clint Eastwood. Y lo cierto es que, al menos para mí, es un poco decepcionante. Uno se espera ver una película mucho más completa que esta Banderas de nuestros padres, a la que le fallan los actores y la última media hora, que alcanza momentos verdaderamente interminables.
La dirección de Eastwood es muy correcta, como sólo puede esperarse de un grande como él, pero también se nota la enorme influencia de Steven Spielberg (productor) en las escenas de batalla y en el final. Eastwood usa con mucho buen hacer la cámara en mano, al más puro estilo documental, durante toda la batalla y se muestra mucho más calmado cuando la situación lo requiere. Así que, sin llegar al grado de maestría mostrado en Mystic River (para mi, su mejor película) o en Million Dollar Baby, el señor Clint sabe articular unas más que dignas escenas bélicas y saca todo lo que puede de sus limitados actores.
Y es que tener a Ryan Phillippe como protagonista de una historia como esta es uno de los principales errores. El chico no es capaz de dar la complejidad y la densidad dramática que su personaje necesita y se ve bastante perdido en su interpretación, aunque tampoco es que lo haga mal del todo, es que simplemente el papel no le pega mucho. Quizá el actor Adam Beach, que interpretada al soldado indio, sea el mejor del trio protagonista, aunque su papel no va a pasar a los libros de historia.

Pero si hay algo sobresaliente en esta cinta eso es la estupenda recreación del terreno de batalla y de los combates. La cinta es de una factura técnica excelente, con un uso excesivamente extraño de los efectos digitales (es extraño porque Eastwood no es un director de efectos, aunque en Space Cowboys supo manejarlos bien) y un montaje narrativo bastante bueno, que nos va introduciendo en la historia y alterna momentos del pasado y el presente. Como ya he dicho, la mano de Spielberg es alargada, y se nota bastante que Salvar al soldado Ryan es hoy por hoy la cinta bélica definitiva (al menos en cuanto a técnica se refiere) y muchos momentos recuerdan a la famosa película.
Otro aspecto interesante de Banderas de nuestros padres es su intención de ser lo más realista posible, con escenas verdaderamente crudas que su director no quiere dejar de mostrar salvo cuando tiene que dejar de mostrarlas. La música (del propio Eastwood y muy similar a la de sus anteriores films), la fotografía y otros detalles técnicos se ven eclipsados por los buenísimos efectos de sonido, que alcanzan su esplendor en los impresionantes bombardeos que quedan reflejados con impresionante fuerza visual.
Pero es al final cuando la cosa se jode del todo y es que el guión de Paul Haggis (que siempre le pasa igual) se vuelve interminable, con más de media hora de metraje donde el espectador seguramente piense que por qué sigue sentado en la sala si la historia está más que clara y acabada.

En resumen, una notable muestra de dirección por parte de un clásico como Eastwood y unas magníficas escenas de combate, pero con un casting bastante desacertado y un final que no acaba. Lo bueno de esta historia es que aún tiene que llegar Cartas desde Iwo Jima, la versión que el propio Eastwood ha dirigido sobre la misma batalla pero desde el punto de vista japonés, que ha conseguido la admiración de todos aquellos que han tenido oportunidad de verla.

Nota: 6´5.