14 agosto, 2008

El caballero oscuro

Batman sigue con su lucha implacable contra el crimen en Gotham. Junto con la abogada Rachel Dawes y el nuevo fiscal del distrito Harvey Dent, la mafia tiene los días contados. Hasta que aparece un nuevo criminal dispuesto a causar la anarquía y el caos por mero placer, el Joker, que con su falta de principios y sus extravagantes métodos causará el pánico haya por donde pase (SPOILERS leves).

Número uno en la taquilla americana cuatro sema
nas seguidas, críticas entusiastas de la mayoría de los especialistas en cine, el apoyo de la gran parte de la comunidad de Internet, un mes de retraso en España respecto al estreno en USA, la muerte de Heath Ledger, los problemas de Bale con la justicia inglesa y mil una chorradas han merecido la pena. La nueva aventura cinematográfica del señor de la noche llegaba precedida del aplauso casi unánime de todo aquel que la habia visto y las expectativas eran altísimas. Y, sin que sirva de precedente en Hollywood, la cosa cumple y más. Con un inicio espectacular (que algunos blasfemos han comparado con la magistral secuencia del robo en Heat,cinta con la guarda más de un parecido), El caballero oscuro nos devuelve al momento donde dejamos a Bruce Wayne en la anterior entrega. Un tal Joker se está dando a conocer y Batman sigue con su cruzada. El director Christopher Nolan es lo suficientemente listo como para darnos lo que queremos, bien mezclado con momentos inteligentes y con secuencias de acción brutales. En el momento que Batman cae sobre un coche en marcha sabemos que la cosa va a merecer la pena. Junto con su hermano y el guinista David S. Goyer (capaz de esto y también del pestiño Blade Trinity) Nolan nos ofrece la visión más humanista y realista que hayamos visto de cualquier superhéroe. Dilemas morales y sentimientos enfrentados ocupan buena parte del guión y se puede decir que las escenas dramáticas son incluso superiores a las de acción.
Y eso lo consigue Nolan con el mejor cast visto en mucho tiempo. Muchos han comparado esta cinta con Heat o Infiltrados y, aunque a mi me parezcan algo mejores, no se equivocan. Uno de sus grandes parecidos es el estupendo estado de forma de los actores. Bale como Batman está muy bien. Gary Oldman como el Teniente Gordon, aún mejor. Michael Caine y Morgan Freeman, hacen lo que quieren. Pero si alguien se lleva el premio gordo son Heath Ledger y Aaron Eckhart. Es cierto que Ledge
r hace una interpretación memorable, que roza la perfección en muchos momentos. Su Joker no tiene nada que envidiar al de Jack Nicholson, aunque las comparaciones son imposibles, por el diferente enfoque dado por los actores. Ledger y Joker son una misma persona y en ningún momento (a no ser que se sea un morboso) vemos a Ledger actuar. Simplemente, es el Joker. Pero la labor de Eckhart como Dos Caras también es digna de elogio. Cuando es Harvey Dent está fenomenal y cuando sufre su trágica transformación (con un aspecto visual BRUTAL) está aún mejor.


Se ha hablado mucho del trasfondo moral de la historia y hay que reconocerle el mérito a Nolan, aunque también es cierto que Batman y, en especial, los cómics que sobre él hizo Frank Miller han ayudado mucho. Batman es un hombre corriente que se viste de justiciero para acabar con la corrupción, algo que siempre tenemos presente cuando se hiere de gravedad y cuando se le presentan ciertas dudas respecto a su trabajo. Si en Batman Begins el protagonista absoluto era Bruce Wayne, aquí el hombre murciélago adquiere el papel principal y Wayne se convierte en el secundario. La historia de amor con Rachel se torná esencial para entender la historia y damos gracias por que Katie Holmes tuviera cosas mejores que hacer. Es cierto que Maggie Gyllenhaal no es la actriz perfecta, pero es mucho más creible que la señora Cruise.
Técnicamente, El caballero oscuro es mejor que su predecesora en ciertos aspectos. La fotografía vuelve a ser magistral y la casi ausencia de efectos digitales una bendición. La persecución por las calles de Gotham es antológica, con muy poca música y una planificación perfecta. Si lo más criticado de Batman begins fueron las peleas, de las cuales no se veía casi nada, posiblemente por la inexperiencia de Nolan con las mismas, aquí distinguimos muy bien lo que pasa y se solventa un problema arrastrado. Otro aspecto que podría haber sido negativo era el doblaje. Ante la imposibilidad que tengo de ver las películas en V.O. en mi ciudad, tengo que conformarme con las cintas dobladas y, al final, la cosa no ha salido tan mal. Sin duda alguna, la disfrutaré mil veces más en inglés, pero el doblaje no ha sido tan decepcionante como los trailers auguraban.
Los únicos peros que se le pueden poner a la cinta son algunas sobradas de este tipo de producciones, como la reconstrucción de una huella dactilar de una bala destrozada o la posibilidad de que todos los móviles de Gotham sean un escaner gigante.



En definitiva, El caballero oscuro es lo que todos esperabamos. Es al cine de superhéroes lo que Heat al cine de acción. Cuando se hable de segundas partes buenas, a las míticas El padrino: Parte 2 y El imperio contraataca habrá que sumar esta memorable aventura del señor de la noche. Gracias Nolan por demostrar que las grandes producciones también pueden ser grandes películas.

Nota: 9.

09 agosto, 2008

Doomsday

Corre el año 2037 y un antiguo virus que provocó la cuarentena de toda Escocia vuelve a hacer acto de presencia en Londres. La ciudad, sumida en la pobreza, ve como sus habitantes comienza a morir rápidamente. El gobierno, tras descubrir supervivientes en la zona aislada, enviará a un grupo de soldados para encontrar una posible cura. Pero las cosas no son lo que parecen.

El anterior film de Neil Marshall, The descent, se convirtió tras su estreno en un film de culto dentro del género del terror. Su correcta dirección, su trabajada atmósfera, el plantel de chicas protagonistas y la capacidad para generar verdadero terror bien salpicado por buenos momentos sangrientos la posicionaron como una de las mejores muestra del género de los últimos años. Todo eso queda atrás con Doomsday. Con un guión que no hay por donde cogerlo, obra del propio Marshall, y un desarrollo de personajes tan plano como es inimaginable, lo único que queda es un rato de acción y visceras que prometían bastante más. El director inglés intenta, además, homenajear tantas películas y géneros (desde Mad Max a 28 días después, pasando por Braveheart...) que al final lo único que consigue es ofrecernos dos horas de secuencias de acción sin ton ni son, muy bien rodadas eso si, pero que no aportan nada nuevo al género ni a la película.
Sobre los actores poco se puede decir. Ninguno tiene un personaje especialmente carismático y ninguno parece esforzarse demasiado en la interpretación. Rhona Mitra se dedica a lucir palmito y machacar cabezas, Bob Hoskins parece que sólo pasabar por allí y Malcom McDowell...no ha vuelto a lucirse en una película desde La naranja mecánica.



Técnicamente, Doomsday tiene un descarado tono a serie B pero con el presupuesto de una gran superproducción. Si bien es cierto que la cinta no ofrece otra cosa que acción y sangre, cuando la ofrece lo hace en condiciones. Decapitaciones, amputaciones, disparos, churrascos, accidentes de tráfico...todas las muertes imaginables hacen su acto de presencia. El montaje nos permite ver con claridad las escenas de acción, aunque como ya dije anteriormente, no aportan nada nuevo al género. Con todo, la secuencia final en la carretera, clarísimo homenaje también, es muy divertida y entretenida tanto como las peleas a espada que, por la cara, nos cuelan en un repentino cambio de ambientación.
Es una pena que una película de estas características no haya dado más de si, porque el género de la ciencia ficción y el terror lleva estancado algunos añitos, especialmente el primero. Si Marshall hubiera optado más por el guión que por los homenajes variados, esta crítica sería muy diferente.



En definitiva, una cinta para ver sin ningún tipo de prejuicios, dejando a un lado el cerebro y la capacidad para pensar. Porque si uno lo piensa demasiado, Doomsday es un pufo. No un gran pufo, pero podía haber sido otra cosa.

Nota: 4.