23 septiembre, 2009

Malditos Bastardos

En la Francia ocupada por los nazis, un grupo de soldados norteamericanos que se hacen llamar los bastardos están llevando a cabo un peligroso pero satisfactorio plan: matar nazis. Pero no serán los únicos. Shosanna, la única superviviente de una familia de judíos, pretende llevar a cabo su particular venganza y su relación con el popular soldado alemán Fredrick Zoller bien puede ayudarle.

Última película de Quentin Tarantino, destripada por un buen número de críticos de tres al cuarto, que no dieron la más mínima muestra de profesionalidad al contar el final de la película tras su pase por el Festival de cine de Cannes. Sea como fuere, al fin se estrena en España la última propuesta fílmica del realizador norteamericano, un intento de película bélica que termina siendo devorado por los incesantes diálogos y un par de escenas para recordar. Por desgracia, Malditos Bastardos dista mucho de parecerse a las grandes películas del loco director y, al menos en la humilde opinión del que suscribe, nos ofrece su peor largometraje hasta la fecha, dejando de lado la aburrida Death Proof. Quentin ha querido rodar una película tan grande que al final se ha visto desbordado, aunque es cierto que hay varios momentos dignos de mención, que salvan la película e, incluso, la posicionan como una propuesta notable.

Uno de esos grandes aciertos es el haber contado con un entregado conjunto de intérpretes europeos. Desde el premiado Christoph Waltz, que realizada una tremenda actuación en el papel del Coronel Landa, hasta Diane Kruger, que demuestra en su breve tiempo en pantalla de lo que es capaz. Curiosamente, es la gran estrella del plantel la más desubicada de todas. Brad Pitt se toma su papel a broma y lo notamos en cada fotograma. Lo mismo sucede con Eli Roth, al que esperamos no volver a ver en un filme por muy amiguete de Tarantino que sea. El resto del reparto, genial. Incluido Daniel Brühl, por mucho que algunos tachen su interpretación de "sosa".



Lógicamente, en una película del tarado Quentin lo que más llama la atención es su guión. En esta ocasión el director rellena minutos y minutos de metraje con palabras y diálogos, algunos memorables, pero que no alcanzan las cuotas de maestría vistas en otras obras del realizador. Malditos Bastardos es la menos "tarantiniana" de todas las películas de Tarantino e, incluso, por momentos no vemos ninguna de sus señas de identidad como son los planos secuencia o la violencia exagerada (que hay, pero menos de la esperada). Por supuesto, disfrutamos con algunos planos antológicos y un uso exquisito de la música, pero no llegamos a distinguir al genio de Kill Bill o Jackie Brown.

Quentin demuestra tener un conocimiento brutal sobre el cine germano rodado durante la 2ª Guerra Mundial. Hay infinidad de guiños cinéfilos, momentos salvajes, pero siempre nos quedamos con ganas de algo más. Tarantino ha tardado 10 años en rodar la película y uno espera que sea su gran obra maestra. Además, termina centrándose en otros aspectos e historia, olvidando a los bastardos, con unos personajes que, aún siendo notables, no son tan redondos como en otras ocasiones. Eso si, repito, hay grandes escenas, excelente banda sonora y buenísimas interpretaciones, pero al menos el que suscribe salió del cine con ganas de algo más.



En definitiva, una película que está gustando mucho al público pero que, no nos engañemos, no le llega ni a la suela de los zapatos a Reservoir Dogs o Pulp Fiction. El excesivo metraje y algunos diálogos alargadísimos (incluso para Tarantino) terminan pasando factura y hacen que pierda bastantes puntos. Con todo, una opción recomendable para cualquier cinéfilo que atisbará destellos de calidad en un director que esperamos vuelva a sus orígenes y se deje de tantas pajas cinematográficas. Es una película notable, pero de Quentin uno siempre espera el sobresaliente.

Nota: 7.

13 septiembre, 2009

Distrito 9

Johannesburgo, Sudáfrica. Hace 28 años que una nave extraterrestre llegó a la metrópolis y quedó aparente varada en el cielo. Tras diferentes estudios, los seres humanos decidimos que lo mejor era rescatar a las pobres criaturas y alojarlas en la Tierra, en un lugar conocido como el Distrito 9. El lugar no era más que un gueto marginal donde mantener a los "bichos" controlados y poder realizar experimentos de todo tipo con sus armas y su biotecnología. Pero, ahora, las cosas se pondrán feas cuando la MNU decida trasladar a los casi dos millones de Aliens a un nuevo Distrito.

Ha tardado, pero ha llegado. El debut en la dirección de Neill Blomkamp ya está en España y ha entrado por la puerta grande. Parece mentira que la mejor película del verano y, por qué no decirlo, del año, sea una cinta de ciencia ficción, con grandes momentos de acción pura y dura, donde no se han preocupado por el qué dirán y se ha centrado en un sólo objetivo: ofrecer espectáculo de calidad para mentes pensantes y, a la vez, al público masivo. Ahora descubrimos que la cancelación de la adaptación de Halo ha merecido la pena. Peter Jackson produce a su mejor alumno, un Blomkamp que, al igual que el director neozelandés en sus inicios, ofrece violencia salvaje, sátira y puro divertimento.

La película comienza como un documental, entrelazando declaraciones con algunas escenas de rutina burocrática. La crítica social está presente en esos primeros instantes y seguramente sea la parte que le he merecido mayores elogios. Paulatinamente, seremos testigos de algunos cambios, de como las cosas nunca salen bien cuando hay racismo (en este caso interespecies) e intolerancia en el ambiente. Los Aliens no son muy inteligentes aunque, teniendo en cuenta las armas y la tecnología que poseen, adivinamos que algunos tenían mentes privilegiadas. Uno de esos "bichos" será el que mayor protagonismo consiga, siempre acompañado por su hijo, en lo que resulta todo un acierto narrativo. Pero, el gran beneficiado de todo esto, además del propio director, es el actor Sharlto Copley. El interprete se ha ganado con una sola película el calificativo de estrella, llevando todo el peso de la producción, pasando de administrador imbécil a "badass motherfucker" capaz de hacer frente a una gran corporación.



Otro de los grandes aspectos que presenta District 9 es su trabajada presentación formal. Resulta un verdadero acierto que la historia acontezca en un lugar poco común, un lugar en el que ninguna superproducción de Hollywood se habría imaginado. Y es que, aunque no lo parezca, la película de Blomkamp ha costado 30 millones de dólares que, aun siendo una pasta, no deja de ser una presupuesto de cine independiente en el país de Obama. Y se han gastado cada maldito centavo de la mejor forma posible. Los efectos especiales resultan sencillos y humildes, lo que confiere mayor realismo. Además, el paraje y los acontecimientos durante el día no esconden a los Aliens que, siempre que es posible, aparecen en pantalla en todo su esplendor. Aquí volvemos al extraterrestre protagonista: Christopher. Para empezar, nos damos cuenta de la broma pesada que es ponerle un nombre humano a un "bicho" que, estoico, suporta todo tipo de maltratos para intentar volver a su hogar. Pero lo mejor de todo es que, aún siendo un personaje virtual, consigue emocionar en un par de escenas conmovedoras, muy bien planificadas dentro de la acción.

Porque, no nos engañemos, Distrito 9 termina siendo una película de acción a lo grande. Gracias a su limitado presupuesto, el director se permite mostrarnos cuerpos que explotan, miembros amputados y otras tantas barbaridades, al más puro estilo gore, que nos vuelve a recordar al Jackson de los comienzos. Los últimos minutos son, sencillamente, brutales. Aunque es verdad que se olvida de la crítica al ser humano y deja de lado su vertiente social, la película consigue entretener como ninguna otra obra lo ha hecho en el presente año. Aunque no es la gran película de ciencia ficción que todos anunciaban, es cuestión de tiempo que ocupe un puesto de privilegio dentro de ese elitista grupo de filmes admirados por los cinéfilos. No es una absoluta obra maestra pero es, sin duda, una de las mejores películas en lo que va de año. Digna de un sobresaliente. Y que eso lo consiga un primerizo otorga mucha satisfacción.



En definitiva, una producción atractiva, divertida, con toques de crítica social, mucha acción, un protagonista a la altura, alguna escena gamberra y un montón de puntos positivos que eclipsan a los negativos. Lo mejor del verano y, casi casi, del año.

Nota: 9.

30 agosto, 2009

Enemigos Públicos

EEUU vive sumida en la Gran Depresión de los años 30. Mientras la gente se busca la vida como puede, John Dillinger opta por el atraco a bancos, algo que se la da realmente bien. A su caza irá el agente Melvin Purvis. A la par que la policía se acerca al delincuente, el pueblo norteamericano comienza a tratarlo como a un auténtico héroe.

Nueva película de Michael Mann, el hombre que mejor rueda las escenas de tiroteos, que en esta ocasión opta por trasladar su particular estilo de cámara digital en mano a los años 30. El director, que había perdido el rumbo tras el rodaje de la aburrida Corrupción en Miami, recupera algo de ese virtuosismo que le ha valido el elogio de la crítica y el apoyo de cierto sector del público. Aunque todavía no podemos encontrar al Mann que nos deleitó con Heat, El último mohicano o Collateral, si adivinamos su intención de volver por sus derroteros, mezclando acción y drama a partes iguales.

En esta ocasión, el director ha contando con un trío protagonista muy interesante: Johnny Depp, Christian Bale y Marion Cotillard. Resulta toda una lastima comprobar como la frialdad del realizador se ha visto reflejada en pantalla en las interpretaciones de los actores, donde ninguno resalta sobre otro, a excepción de ciertas escenas puntuales. Con todo, el plantel al completo está bastante solvente, metidos en su papel, donde hasta el desaparecido Stephen Dorff tiene un par de momentos que hacen pensar en un posible renacer.



Pero, como no podía ser de otro modo viniendo de quien viene esta película, Enemigos Públicos tiene un acabado técnico muy notable. Michael Mann rueda en los escenarios reales donde aconteció la acción, todo muy bien ambientado, a pesar del uso de la cámara digital, que en ocasiones puede descolocarnos un poco. Los vehículos clásicos, las armas antiguas y el vestuario resultan totalmente acertados y un elemento más capaz de hacernos vivir esa triste época.

Además, como era de esperar, el director no se corta a la hora de ofrecernos tiroteos variados, todos ellos de gran factura y montaje perfecto. Mención especial al que acontece en un motel de carretera, en mitad de la noche, donde los efectos de sonido nos destrozan los oídos y nos hacen creer que estamos inmersos en la acción. Desde luego, el día que Mann vuelva a conseguir mezclar drama y acción como lo hizo antaño, volveremos a disfrutar de su cine. De momento, nos queda pasar un rato agradable, que nunca está de más.



En resumen, buenas escenas de acción, interpretaciones algo gélidas, notable ambientación y cámaras digitales para una película que podría haber sido una obra maestra y que se queda en notable. Cosa muy encomiable en los tiempos que corren.

Nota: 7.

09 agosto, 2009

Up

Carl Fredricksen, un anciano de 78 años, vive sólo en su casita, en medio de una gran ciudad. Su vida ya no es lo que era y, para colmo, un avaricioso empresario quiere comprar su propiedad para hacer un gran edificio. Un día, cansado de tanta tontería, decide anudar miles de globos a su casa y salir en busca de aventuras.

Carta de amor a Pixar:
Pixar, Pixar, Pixar. Que mal acostumbrados nos tienes. Cada año que estrenas película tienes al público en tu bolsillo, espectante, con ganas de disfrutar. Y, como por arte de magia, cada año que estrenas película haces que medio mundo disfrute como nunca en una sala de cine. Haces que los que ya no somos tan niños, volvamos a tener 10 años. Y eso que Up no es la maravilla que esperaba ver tras las miles de críticas entusiastas y emocionadas. Pero es que, hasta cuando haces una película más flojita, consigues arrancarme una sonrisa.
Pete Docter y Bob Peterson son en esta ocasión tus elegidos para la gloria en labores de dirección. Y, la verdad, siempre aciertas en tu elección. Aunque hagas una película más infantil de lo esperado, siempre eres capaz de encontrar a la persona adecuada para darle un toque adulto y de calidad a tus obras y, en esta ocasión, nos regalas unos primeros 15 minutos que nadie ha sabido mejorar en todo el año. Y, posiblemente, nadie lo consiga.



Es verdad que la película no tiene la valentía de Wall-E, ni la maestria absoluta de Los Increíbles o la maravillosa capacidad de sorprender de Buscando a Nemo, pero tú siempre sabes regalarnos planos mágicos y entrañables, como los de esa casita multicolor surcando el precioso cielo azul de Venezuela con miles de globos. O un personaje tan carismático como extraño, ese anciano cascarrabias que termina siendo un trozo de pan.
Lo único que te pido, amiga mia, es que para la próxima olvides un poco la acción y te centres más en los personajes, como llevas haciendo toda la vida (si olvidamos Cars, que posiblemente rodaste tras una noche de borrachera). Ojalá tu próximo proyecto sea igual o mejor que este. Y, ojala, sigas c
ontando con Michael Giacchino para todas tus bandas sonoras. Porque ese hombre se merece, simplemente, que le den un premio Oscar envuelto con un lazito.



PD: diversión, protagonista excelente y ciertas secuencias mágicas hacen que olvidemos ese destello de cine infantil con mucha acción que has tenido esta vez. Con todo, digan lo que digan, lo importante es pasarlo bien en el cine y tú, Pixar, siempre haces que salgamos de la sala con una sonrisa.

Nota: 7.

23 julio, 2009

¡Un Premio!

El amigo Xavier Vidal ha tenido la gentileza de concederme un premio que están otorgando los bloggeros del mundo. El premio en cuestión se llama Bertuah Award y debo dar las gracias a Xavier porque, a pesar de que posteo poquísimo desde hace cosa de un mes, ha tenido el detalle.

Las reglas seguidas han sido:


-
Postear el premio en el blog y Ofrecer el link de la persona que me lo entregó: http://cachecine.blogspot.com/

- Premiar con el mismo a otros blogs y avisarles del premio. Mis premiados son:

Marguis -
http://moriacity.blogspot.com/
Gustavo - http://cinemaparadisouy.blogspot.com/
Capitán Spaulding y Jonh
"Bluto" Blutarsky - http://lacasadeloshorrores.blogspot.com/

Espero que os haga la misma ilusión que a mi recibir estas pequeñas muestras de apoyo por parte de la comunidad bloggera. Y también espero poder actualizar con más asiduidad.

01 julio, 2009

La última casa a la izquierda

Los Collingwood van de vacaciones a su acogedora casa del lago sin saber que unos peligrosos asesinos andan sueltos. La hija del matrimonio, junto con una amiga, terminan en manos de los delicuentes, que las violan y dan por muertas. Cuando la familia de la joven descube que ha pasado, los asesinos se convierten en víctimas de una brutal venganza.

Remake de la primera obra de Wes Craven, este intento de película propia del Splat Pack se queda en eso, en intento. Su director, Dennis I
lliadis, no consigue alcanzar los niveles de salvajismo que una historia como esta puede ofrecer. A pesar de realizar un importante esfuerzo y de conseguir un par de escenas agobiantes, todo queda en un mero quiero y no puedo. La película que debería ser una nueva
Las colinas tienen ojos, se transforma en un remake más del tipo Viernes 13.
Con todo, es conveniente destacar el esfuerzo a nivel interpretativo de Tony Goldwyn y Monica Potter, sin duda, lo mejor de la cinta. Aunque en un principio no parecen más que unos meros secundarios, terminan convirtiéndose en los amos de la película, eclipsando al resto de compañeros de casting, tarea, por otra parte, nada complicada. El malo de la función, Garret Dillahunt, no pasa de ser un asesino de tres al cuarto y en ningún momento el espectador le tiene verdadero terror. El resto de criminales que le acompañan son aún más irrisorios que él.



Técnicamente, la película guarda más de un paralelismo con Las colinas tiene ojos. Como ya he comentado, esta cinta debería ser una sucesora en cuanto a narrativa y estilo de la obra maestra de Alexandre Aja, pero por una u otra razón, nunca vemos esa violencia explícita tan brutal que hizo del remake de otra obra de Craven una maravilla. Aquí, a pesar de ver situaciones desagradables, sabemos que todo va a salir como debe salir, no se crea tensión, no existe el pánico.
Resulta curioso que el cine de Wes Craven se esté convirtiendo en fuente de inspiración para el cine actual y que casi todo el que se atreve con su material, salga victorioso. Eso también sucede en esta ocasión, aunque no de manera tan sobrada como lo hizo Aja. Al menos, Illiadis tiene la inteligencia suficiente para eliminar el humor de la obra original, inapropiado para este tipo de producciones.



En definitiva, es una verdadera lástima que la película no alcanze los niveles que debiera Si uno piensa en otras películas similares, esas que deben saciar nuestra sed de sangre y violencia, aliñadas con una sana pizca de terror, La última casa a la izquierda sale perdiendo. Sin embargo, si nuestras expectativas no son muy altas, disfrutaremos de una entretenida tarde de verano.

Nota: 5.

17 junio, 2009

¿Hacemos una porno?

Zack y Miri viven juntos en una pequeña casa. No tienen dinero para hacer frente a las facturas y empiezan a notar las consecuencias de los impagos. Ante tal situación, Zack tiene una innovadora idea: rodar una película porno casera.

Kevin Smith quiere recuperar el tiempo perdido. Tras remontar el vuelo con la secuela de Clerks, el director norteamericano espera ocupar ese puesto de privilegio que tenía hace unos años como director de moda independiente. En esta ocasión vuelve a utilizar sus diálogos más peculiares, aunque no llega a alcanzar la grandeza de Persiguiendo a Amy o la propia Clerks. De hecho, la cinta que nos ocupa tiene ciertas similitudes con Amy, especialmente por la infinidad de diálogos relacionados con el sexo, aunque nunca alcanza los delirios y maravillas de antaño. Pero, si algo sigue siendo llamativo en los filmes de Smith, es el elenco actoral.
Junto con Seth Rogens y Elizabeth Banks, ambos notables, encontramos al habitual del director, Jason Mewes, junto con las actrices porno Traci Lords y Katie Morgan. Destacar sobre todo la labor de Banks, muy bien en su papel, que termina convirtiéndose en lo mejor de la película. Ojo a las colaboraciones con ciertos intérpretes, algunas de ellas muy divertidas.



Hablar de grandezas técnicas en ¿Hacemos una porno?, que a todo esto es un título inventado ya que la traducción literal es Zack y Miri hacen una porno, sería perder el tiempo. Smith nunca se ha caracterizado por realizar modernas puestas en escena o por ofrecer trabajadas y meditadas escenas de acción. Por el contrario, Smith si se ha caracterizado por dar al espectador (a SU espectador, se entiende) largas conversaciones, repletas de miles de referencias sexuales, escatologícas y muy, muy geeks. En esta ocasión no podría ser menos y algunos de los mejores momentos llegan gracias a bromas que toman como eje algún cómic o serie de televisión.
La secuencia en la que buscan título para la película resulta realmente divertida, sobre todo si se sabe algo sobre cine porno y se tienen conocimientos de títulos, algo que daría para una tesis doctoral. Puede decirse que, a pesar del esfuerzo que realiza Smith por volver a sus orígenes, al final todo se queda en un mero intento. Nunca consigue ser irreverente, no se arriesga con las escenas sexuales (aunque esto era lógico) y al final ofrece una historia bastante normal, que termina siendo hasta empalagosa.



En definitiva, un Kevin Smith que no es el verdaderos Kevin Smith. Algo de chispa se deja ver, pero aún no ha recuperado el tono que le convirtió en director de culto.

Nota: 6.

11 junio, 2009

Terminator Salvation

Año 2018. La guerra con las máquinas es una realidad y John Connor se ha convertido en el líder que la humanidad necesitaba. Por otra parte, Marcus Wright vaga solitario por el desértico paisaje, en busca de una respuesta que le ayude a comprender qué está pasando, ya que su último recuerdo se sitúa en la que fue su ejecución.

Ya está rondando por los cines la nueva película de
la saga Terminator. En esta ocasión el director ha sido McG, responsable de Los ángeles de Charlie y su secuela y, dicho sea de paso, dos abominaciones contra la humanidad. En esta ocasión, el director sin nombre coge las riendas de un proyecto largamente acariciado y que, curiosamente, se convierte directamente en su mejor película. Lo cual no significa que sea buena, simplemente que es lo más serio y respetable que ha hecho. Con unos primeros minutos muy interesantes (hasta la aparición de un Transformer, perdón, un Terminator gigante) la película se convierte en una sucesión incansable y ruidosa de explosiones, efectos y escenas de acción más o menos bien pensadas, pero en ningún momento innovadoras. El hecho de que entre escena de acción y escena de acción no haya casi diálogo termina por volver loco al espectador, saturado en exceso por tanta explosión y robot asesino.
Y todo ello, a pesar del enorme esfuerzo que ponen Christian Bale y Sam Worthington. El primero realiza su trabajo con eficacia y esfuerzo, como viene siendo habitual, y nos ofrece un John Connor mucho más realista y "entrañable" que el de Nick Stahl, aunque por debajo del mítico de Edward Furlong (si no estuviera desaparecido en combate como todo buen actor infantil que se precie, podría ser el protagonista). Sobre el segundo, sólo puedo aplaudir el descubrimiento del que será, con todas luces, la próxima estrella del cine de acción y aventuras. No es una actor excelente, pero se amolda con comodidad a este tipo de papeles. También aparecen brevemente Helena Bonham Carter y el gran Michael Ironside, paseando rostro y cobrando cheque, junto a Bryce Dallas Howard que, aunque no hace nada, considero muy atractiva y por ello lo agradezco.



Técnicamente, la película es muy recomendable. Buenos efectos especiales, sin usar en exceso el ordenador y unas primeras secuencias trabajadas y bastante prometedoras. Lástima que luego el resultado final no sea el esperado tras los primeros momentos. El director de foto, Shane Urlbut (al que Bale estuvo a punto de asesinar tras meterse en mitad de plano, como todos sabréis) realiza una buena labor en las escenas diurnas, pero deja mucho que desear en las nocturnas. La música de Danny Elfman es lo único que mantiene el nivel durante todo el metraje, y eso que tampoco es la repanocha.
Puede decirse que, como película de verano, está llena de acción y buenos efectos especiales pero que, a la hora de la verdad, estos terminan saturando, agobiando, creando una sensación en el espactador poco recomendable. Con un poco de calma entre escena y escena, McG hubiera logrado una película infinitamente mejor. Es una pena que una saga como Terminator se esté convirtiendo en esto (ojo a las Motos Terminator, un insulto a la inteligencia). Porque seguro que vienen más películas. Al menos nos queda la esperanza de saber que es mejor que La rebelión de las máquinas, a la que el paso del tiempo le sienta muy mal. Bueno, eso y q
ue el gran Schwarzenegger hace un cameo digitalizado.



En resumen, una película que recomendaría para pasar un rato, pero poco más. Si teneis oportunidad, aprovechad para ver las dos primeras partes. Eso si son películas espectáculo. Y es que, ¿dónde te metes Cameron cuando nos haces falta?

Nota: 5.


03 junio, 2009

Los mundos de Coraline

La joven Coraline acaba de instalarse en su nuevo hogar, el Palacio Rosa. Allí su vida sigue siendo igual de aburrida con sus padres hasta que descubre una puerta que la transporta a un mundo paralelo donde todos la tratan bien y se divierte. Pero algo extraño pasa con la madre que habita ese mundo.

Nueva película de animación del director Henry Selick, responsable de las muy notables Pesadilla antes de Navidad y James y el melocotón gigante. De nuevo, el director se sirve de la técnica de animación stop motion para ofrecer al espectador un espectáculo visual llamativo, con
ese estilo entre tétrico y colorido que tan buenos resultados le dio en el pasado. En esta ocasión se basa en una historia original de Neil Gaiman, muy apropiada para el tipo de cuentos que suele narrar.
En el campo de la interpretación destacar el efectivo elenco de voces, con la niña (cada vez menos) Dakota Fanning a la cabeza, muy bien acompañada por Teri Hatcher en el rol de la madre y Keith David como el gato parlanchín. También está, de voz presente, el actor Ian McShane, interpretando a un histrionico domador de circo ruso (o similar).



Técnicamente, la película hace gala de una excelente factura, con escenas de acción muy conseguidas y hasta algún que otro pequeño susto. Al igual que sucediera con los anteriores filmes del director, el público adulto encontrará su hueco dentro de la historia y el público infantil se lo pasará en grande como siempre hace con este tipo de producciones. Quizás algunos momentos lentos o sin poca acción no la posicionen como la mejor obra de su autor, pero aún con ello sigue siendo recomendable.
Puede afirmarse que esta última película de Selick será la responsable directa de rivalizar este año con la inminente Up! de Pixar y, aunque resulta complicado levantar del trono a estos genios, Coraline consigue dibujar una sonrisa permanente en el espectador más exigente, ese que disfruta con historias que no entienden de edades.



En definitiva, una nueva película con la técnica stop motion capaz de enamorar a niños y adultos, muy bien construida e ideal para abrir boca ante la oleada de superproducciones que nos traerá el verano.

Nota: 7.

25 mayo, 2009

The international: dinero en la sombra

Louis Salinger, agente de la Interpol, y Eleanor Whitman, fiscal del distrito de Manhattan, pretende acabar con uno de los grandes bancos del mundo, el IBBC, persiguiendo un rastro que les llevará a sospechar la implicación de la entidad con el contrabando de armas y de contratos multimillonarios.

La última película del director Tom Tykwer nos ofrece una historia de intrigas y asesinatos a la vieja usanza, aunque nunca llegue a ser una película perfecta. Tocando un género al que nunca antes se había acercado, el director alemán rueda con pulso firme y bastante efectividad un thriller serio, quizás demasiado, que aunque nunca llegue a ser un verdadero espectáculo ni a cautivar la atención del espectador si que ofrece algunos buenos destellos de lo que este director puede hacer.
Destacar, sobre todo, el protagonismo de Clive Owen, un actor cargado de carisma y de una calidad interpretativa incuestionable, que debería ser ya una de las mayores estrellas de Hollywood. Como nos tiene acostumbrados, realiza un trabajo serio, siempre capaz de adaptarse al personaje, con su saber estar tan demostrado desde hace unos añitos. Lo acompaña la siempre notable Naomi Watts, que en esta ocasión se convierte en un personaje secundario, pero importante para el devenir de los acontecimientos.



En el plano técnico, The international es una historia muy bien rodada, con cierto sabor clásico. Las escasas escenas de acción están perfectamente planificadas, bien montadas y capaces de mostrar todos los acontecimientos de manera natural, sin movimientos de cámara rebuscados ni cosas similares. Mención especial para la sobresaliente secuencia del Guggenheim, una espectacular escena de acción que se convierte, de lejos, en lo mejor de la producción.
Y, posiblemente, sea esa gran escena la culpable de que la película no sea capaz de recuperar el ritmo en lo que resta de metraje, convirtiendo todo el tramo final en un exceso tedioso y lento, a pesar de las buenas intenciones de Tykwer.



En definitiva, una película bien rodada y efectiva, pero sosa a pesar de la trama central. Eso si, recomendable para cualquier fan del señor Owen.

Nota: 5.

14 mayo, 2009

X-Men Orígenes: Lobezno

1845. Dos jóvenes hermanos se deben dar a la fuga tras el crimen cometido por uno de ellos al usar unas misteriosas garras, fruto de algún tipo de mutación. El tiempo parece no pasar por ellos y juntos sobreviven a todas las grandes guerras del sigo XX hasta que finalmente son contratados para trabajar junto a otros seres con poderes. Incapaz de aguantar las barbaries que cometen, Logan, el otrora joven niño, decide vivir su vida. Es el comienzo de Lobezno.

Hace unas semanas que el primer gran blockbuster de la temporada llegó a nuestras carteleras y a las de medio mundo. Y lo cierto es que el festival de películas palomiteras no empieza con buen pie. La película dirigida por Gavin Hood es todo un despropósito. Ganador del Oscar a la mejor película extranjera con Totsi hace tres años, se convierte en esta ocasión en un simple pelele de los productores, incapaz de imprimir al metraje un ápice de personalidad. Las escenas de acción están cogidas con pinzas y en ningún momento el espectador siente la emoción o la espectacularidad que un buen film de palomitas debe ofrecer. Por supuesto, no voy a culpar del mal resultado al pobre Hood, ya que los productores de la película y, la antaño envidiable, Fox juegan un papel fundamental en los aspectos negativos de la película.
A pesar de todo, si algo puede destacarse de la producción, es la aceptable interpretación de Hugh Jackman y Liev Schreiber. Ambos actores se afanan en conseguir interpretaciones apropiadas para una película de acción y es de agradecer tal esfuerzo, ya que gracias a ellos la película no es un desastre total. Ambos encajan a la perfección en sus papeles y son la nota más positiva de toda la historia, lo que no quiere decir que sean dignos de alabanzas, pero si al menos de intentar satisfacer al público. Del resto de actores ni me acuerdo, y es que ni Danny Huston está especialmente inspirado.



Técnicamente, la película de Lobezno ya está obsoleta. Los efectos especiales huelen desde la distancia y en todo momento quedan mal y forzados. Las escenas de acción no tienen ritmo y caen en el error de considerar espectaculo una central nuclear que se cae a pedazos. De todo el metraje, los títulos de crédito se convierten en lo mejor, algo que ya da para pensar.
El guión de David Benioff es infumable por todos los costados y en ningún momento parece que la lógica haga acto de presencia. Es difícil imaginar como este hombre escribió La última noche. Cosas de la inspiración, supongo. Con todo lo dicho, debo señalar que ni la aparición de Gambito, ni la de algunos supuestos mutantes famosos levantan el vuelo. Y es que, aunque resulte duro, si comparamos está precuela con la tercera entrega de la saga, aquella era una obra de arte. Posiblemenre, y es una opinión personal (como toda crítica, ¿no?) el espectador de verano hubiera disfrutado mucho más con menos ruido e, indudablemente, con otra mayor pagando las promociones y escenarios.



En definitiva, una película que, si bien no es un desastre total, aunque parezca lo contrario tras leer esta reseña, si peca de falta de ideas, de efectos especiales pasados, de una mala dirección y de escenas de acción aburridas. Y así no se puede disfrutar una película millonaria.

Nota: 4.

20 abril, 2009

Control

Inglaterra, años 70. Un joven llamado Ian Curtis asiste a un concierto de los Sex Pistols con su esposa. Allí conoce a un grupo que busca un vocalista. Es el nacimiento del mítico grupo Joy Division.

Estrenada con 2 años de retraso respecto a su fecha de producción, al fin llegó a España la aplaudida ópera prima del realizador Anton Corbijn, responsable de algunos videoclips de bandas tan importantes como Metallica, U2 o Depeche Mode. Y para su debut ha escogido la que posiblemente sea la historia más acertada para él, un biopic nada convencional sobre el jovencísimo Ian Curtis, lider de Joy División (nombre con el que los soldados nazis hacían referencia al lugar donde estaban las mujeres judias que usaban como esclavas sexuales). Corbijn se atreve a rodar su historia en blanco y negro, lo que dota aún de más fuerza al conjunto, creando uno de los retratos más acertados vistos de un artista en muchísimo tiempo. El director se deja de ñoñerías y nos muestra la profunda depresión en la que vivía Curtis, especialmente por haberse casado tan joven y haber sido padre, además de sus ataques epilépticos.
Excelentemente interpretada por todos los actores, hay que destacar que tanto Sam Riley como el resto de componentes ficticios de la mítica banda, interpretan realmente los temas en la película, lo que consigue dotar de una fuerza musical sobresaliente al conjunto. Junto a ellos encontramos a dos grandea actrices como son Samantha Morton, excepcional como esposa de Curtis y Alexandra Maria Lara, que sigue con su particular lucha para llegar a ser toda una roba planos.



En el plano técnico, destacar de manera evidente la excepcional banda sonora y, con méritos propios, la preciosa fotografía. Alguien dijo una vez que el blanco y negro es el color del cine, y servidor no puede estar más de acuerdo. El uso de esta fotografía, sin ningún tipo de color ajeno a los mencionados, dota a la historia de una fuerza narrativa perfecta, muy en armonía con la personalidad del propio Ian Curtis.
Y es que hablar de Control es hablar de la historia de la música británica en los años 70, cuando grupos como Sex Pistols presentaban su único y sobresaliente disco o David Bowie se convertía en el rey del glam. Todo ese aroma a perfeccion musical (esto, como todo, irá sobre gustos) queda muy bien reflejado en la película, sobre todo con la figura de Tony Wilson, presentador televisivo que aupaba a los grupos a la fama y que incluso firmaba con sangre los concratos si era necesario. Y Joy Division jugó un papel importantísimo en ese aspecto, aunque sólo realizara dos álbumes de estudio, debido al suicidio de Curtis con unos escasos 23 años.



En definitiva, sólo me queda recomendar Control a todos los amantes de la buena música y de las historias complicadas. Porque, por suerte, no todos disfrutamos con la radio fórmula y esta película es un regalo para todos nosotros.

Nota: 8.

16 abril, 2009

Déjame entrar

Oskar es un niño de 12 años. Tímido y maltratado por los matones de su clase, conocerá a una nueva y misteriosa vecina, Eli, justo cuando unos extraños acontecimientos y un sangriento asesinato tienen lugar en la ciudad.

Al fin se estrena en España la aplaudida película sueca que triunfó en el Festival de Sitges y en el de Tribeca. Precedida por su enorme éxito en todos los festivales donde se ha proyectado, además de en su propio país, las espectativas por ver la supuesta obra maestra del nuevo cine de terror europeo (ese que tiene en Aja, Bayona o Marshall a sus principales exponentes) eran altísimas. Y, después de su visionado, sólo puedo aplaudir. El director del film, Tomas Alfredson, regala al espectador una de las más conmovedoras historias de la década, uniendo con maestría elementos dramáticos y terroríficos, siempre al estilo europeo, es decir, dando prioridad a la historia y dejando de lado el espectáculo sin sentido. La impresionante calma y serenidad con la que está narrada la historia hacen del conjunto una experiencia tan satisfactoria como las interpretaciones de los jóvenes protagonistas. Tanto Kåre Hedebrant, Oskar, como Lina Leanderson, Eli, resultan plenamente convincentes, aguantando con maestría el peso de una trama que otros intérpretes infantiles hubieran estropeado. Su capacidad de adaptación al personaje es tan perfecta, que en todo momento nos sentimos cercanos a ellos, queremos vivir su aventura y saber que va a pasar. Parece difícil, pero esta historia de amor de niños de 12 años resulta más creíble y atrayente que cualquiera de las que últimamente llegan a nuestras pantallas. Acompañados por un notable elenco de actores suecos, los niños protagonistas consiguen que la película sea aún más interesante.



Técnicamente, Déjame entrar es todo un placer. La fotografía de Hoyte Van Hoytema es excelente y la banda sonora de Johan Söderqvist un autentico regalo para los sentidos. La narrativa relajada y sin manierismos absurdos que utiliza el director consigue crear una sensación poco habitual. La seriedad con la que se trata todo el tema (no he advertido de Spoilers, pero creo que el que vea esta película sabe muy bien de qué va la cosa) resulta encomiable y da miedo pensar que podría surgir en caso de un propable remake (tengo Crepúsculo en la cabeza...¡puaj!).
La historia pasa del más íntimo de los momentos a sangrientas escenas con una naturalidad pasmosa, demostrando que el cine sueco sabe hacer las cosas bien. Pero si algo destaca por encima de todo lo demás es la capacidad de la cinta para crear sentimientos en el espectador. Asistimos, boquiabiertos, a los acontecimientos que rodean a la joven pareja, deseando vivir la historia, queriendo compartir con ellos nuestras ideas. Me atrevo a decir que el cine de terror en general, y el de vampiros en particular, tiene mucho que aprender de esta impresionante película, que posiblemente pase desapercibida para muchos, pero que es desde ya una absoluta obra de culto.



En definitiva, una muestra ejemplar de lo que el cine de terror europeo puede ofrecer. Amor y violencia dadas de la mano en una historia tan interesante como brutal, con una última secuencia que, al menos servidor, tardaremos en olvidar.

Nota: 8,5.

11 abril, 2009

La clase

François comienza otro nuevo curso como profesor de francés en un instituto con alumnos complicados, dentro de un barrio periférico y conflictivo. Su métodos de enseñanza se basan en la palabra y la disciplina, algo complicado de usar con alumnos difíciles y que traerá algunos problemas al profesor.

Ganadora de la Palma de oro del último Festival de Cannes y estrenada en España en enero de este año, La clase se presenta como una estimulante propuesta del cine francés, capaz de enomorar a medio mundo con productos estilo Amelie y de crear debate y estimular la conciencia social, como es el caso que nos ocupa. Su director, Laurent Cantet, se aleja de los manierismos hollywoodienses para contarnos una historia sincera y sencilla, que muestra a las claras los problemas de un sistema educativo francés agobiado por los alumnos más complicados, aquellos que viven en los barrios obreros y proceden en su mayoría de familias inmigrantes. Algo que afecta no sólo al país vecino, sino a una buena parte de los países europes, lo que convierte su premisa argumental en clave imprescindible para el visionado de la cinta.
Por su parte, François Bégaudeau, autor del libro en el que se basa, protagoniza la película con bastante solvencia, convirtiéndose irremediablemente en el intérprete perfecto. El resto de actores, todos no profesionales, logran estar a la altura y dotan al conjunto de una credibilidad y realismo más que aceptables.



Visualmente hablando, La clase se centra en los rostros de sus protagonistas, prestando especial atención a los sentimientos y palabras que salen de sus labios, haciendo que todos los personajes aporten algo a la trama y se conviertan en necesarios para el desarrollo de la acción. Pero si algo destaca sobre todo lo demás, es la sencillez de la propuesta formal, que se complementa a la perfección con la propuesta del guión.
La oportunidad de debate que presenta el film se convierte en el punto más fuerte de una cinta que, si bien no es una maravilla, si que hace imprescindible su visionado, aunque sólo sea para ver y conocer un poco más los problemas del sistema educativo francés, posiblemente similares a los que presenta el español, del que es mejor no hablar.



En definitiva, una propuesta digna y necesaria, que tiene en su capacidad para crear debate social su principal baza.

Nota: 7.

02 abril, 2009

Frozen river (Río helado)

Ray Eddy vive con sus hijos cerca de la frontera de Canadá y está a punto de comprar la casa que siempre ha soñado para su familia. Pero su marido se larga con todo el dinero para gastárselo en apuestas y deja a Ray sin nada con que pagar a los del alquiler. Buscándolo, conoce a Lila, una mohawk con la que terminará trabajando para conseguir dinero facil. Pasar inmigrantes por el helado río de Saint Lawrence.

Precedidad por su enorme éxito en el festival de Sundance y de alzarse con dos nominaciones al Oscar a mejor actriz (para Leo) y mejor guión, Frozen river llegó a las carteleras españolas en enero, algo de lo que ni siquiera había tenido noticia. El cine norteamericano independiente lo es tal, que cuando llegan buenas películas los espectadores ni se enteran. El caso es que la película de la directora debutante Courtney Hunt venía presentada como la nueva maravilla del indie usa y podría decirse que si y que no. Si, porque es una película perfecta en cuanto a interpretaciones y su dirección es muy notable y acertada. No, porque no llega a ser esa gran obra maestra que muchos anunciaban. La labor como guionista y directora de Hunt es encomiable, más aún teniendo en cuenta que es primeriza. Se suma, así, al grupo de realizadoras destinadas a demostrar que las mujeres tienen mucho más que decir en el cine norteamericano, con Sofia Coppola a la cabeza.
Pero si hay algo que destaca con luz propia en esta modesta producción es la interpretación de Melissa Leo. La actriz, desconocida para el gran público, aunque rostro habitual en algunas series de televisión y mujer de Benicio del Toro en 21 gramos, logra una actuación perfecta, convirtiéndose en la actriz ideal para el persanaje de Ray. La acompañan, notablemente, Misty Upham y Charlie McDermott, además de dejarse ver el siempre reconocible Mark Boone Junior, habitual del cine independiente.



Aunque Frozen river no llegue a ser la obra maestra que se anunciaba, si que se convierte en una película muy recomedable e interesante, ya que junto con lo anteriormente mencionado cabe destacar el buen libreto escrito por Hunt. Las situaciones por las que pasan las dos mujeres protagonistas se convierten en el elemento conductor de la historia, dejando de lado artificios o trucos fáciles, dando al conjunto una sensación de humildad que se da con poca frecuencia en el cine usamericano.
La descripción de los paisajes helados y el uso que su directora y guionista hace de ellos para incluirlos como un elemento más de la historia hacen que sintamos lo mismo que cualquier ciudadano de la zona. Casas aisladas, prefabricadas, remolques y tuberías que se congelan dan un detalle al contexto muy de agradecer. Incluso, se deja entrever el miedo permanente de los estadounidenses hacia la población musulmana, dando pie a la secuencia más dura de la película.



En definitiva, recomendar Frozen river a cualquiera que busque cine original y de calidad independiente. No es la mejor película del año, pero al menos nos recuerda que todavía hoy se puede hacer mucho con muy poco.

Nota: 7.

26 marzo, 2009

The visitor

El profesor Walter Vale viaja a Nueva York para dar una conferencia. Allí conocerá a Tarek y Zainab, una pareja de inmigrantes que viven, sin saberlo, en un piso del profesor que apenas visita y con los que terminará conviviendo.

Rodada en 2007 y estrenada aquí gracias, en buena parte, a la nominación al Oscar de Richard Jenkins, la nueva película del realizador Thomas McCarthy nos ofrece una historia sencilla, llena de humanidad y con un interesante trasfondo político que se deja sentir especialmente en sus últimos minutos. Y es que, si algo caracteriza a esta película, es su sencillez y modestia formal. Todo se reduce a unos actores en estado de gracia y a un guión lleno de detalles (del mismo McCarthy), muy bien escrito y presentado. El director sabe aprovechar al máximo los recursos de los que dispone y nos regala una dirección de actores sobresaliente y en un notable conjunto donde la sonrisa y el drama se dan la mano.
Y es que, si hay algo que destaca sobre todo lo demás, eso son las grandes interpretaciones del grupo actoral. Richard Jenkins, más conocido por su labor televisiva y de secundario, borda un personaje que desde el primer fotograma cae bien al espectador y que en ningún momento deja de interesar. Pero junto a un sobresaliente Jenkins encontramos a los jóvenes Haaz Sleiman y Danai Jekesai Gurira, que interpretan a la pareja inmigrante y que en todo momento resultan creíbles y componen una pareja bastante interesante. Pero es la actriz Hiam Abbas quien supone toda una sorpresa, por la naturalidad de su interpretación y lo interesante de su personaje.



Junto con todo lo anterior, The visitor se convierte en una película de recomendable visionado por su discurso político. Aunque no se le llega a dar la importancia que quizás le hubiera dado otro realizador, McCarthy nos habla con su historia de las paranoias del sistema norteamericano tras los atentados del 11-S. El peligro que supone el ser, simplemente, un extranjero para cualquier visitante del país. Además, también se deja entrever una interesante crítica al sistema burocrático y, especialmente, a sus funcionarios.
Con su última película, el director de Nueva Jersey (al que, por cierto, hemos visto en bastantes películas como actor) ofrece una buena historia, sencillamente rodada, con una buenísima labor por parte de sus intérpretes y todo bien aliñado con una banda sonora muy pegadiza. The visitor, se podría decir, es una de esas película que, tras su visionado, dejan un excelente sabor de boca.


En definitiva, una recomendable propuesta cinematográfica, sencilla, humilde y bastante inteligente.

Nota: 7,5.

19 marzo, 2009

A ciegas

Una epidemia de ceguera sacude a una gran urbe sin nombre. Todos sus ciudadanos pierden la capacidad de ver y son acinados en cuarentena en diferentes barracones. Pero entre todos ellos hay una mujer que aún es capaz de ver y que deberá soportar el peso de ayudar a su marido y amigos, además de observar las bajezas y miserias del ser humano.

Nueva película del director brasileño Fernando Meirelles, tras las muy notables Ciudad de Dios y El jardinero fiel. Lo cierto es que, como hago siempre, tras ver la película leo varias críticas y cual fue mi sorpresa al comprobar que la mayoría eran negativas o poco alagadoras. Y todas coincidían en lo mismo. Lo mucho que la película se aleja de la fuente original de la que bebe, el Ensayo sobre la ceguera de José Saramago. Pero yo, inculto en estas cosas, no he leído la novela original y, posiblemente por eso, disfrute la película mejor que otros. Por supuesto que es la película más floja del director, pero es innegable que tiene momentos muy buenos y que es bastante entretenida. Como película funciona perfectamente y nos muestra lo miserables que pueden llegar a ser las personas. Tiene todos los tics de su director en cuanto a planificación y uso de técnicas de iluminación o fotográficas, olvidando esta vez los saltos narrativos a los que nos tiene acostumbrados. Y todo ello se asienta en una buena labor de actores.
Desde Mark Ruffalo hasta Alice Braga, pasando por Danny Glover, el elenco actoral está muy bien dirigido, aunque es cierto que los personajes no llegan a estar a la altura de los intérpretes, concretamente ese Rey al que interpreta García Bernal. Pero si hay que aplaudir a alguien y señalarla como lo mejor de la película, ella es sin duda Julianne Moore. Esta actriz vuelve a demostrar que es una de las más solventes y eficaces, además de una de las más olvidadas en materia de premios (cuatro nominaciones al Oscar, todas de vacío).



En el plano técnico, A ciegas se parece mucho a sus hermanas mayores. Si hay un director fácil de identificar por la narrativa que utiliza o por sus planos y montajes, ese es Fernando Meirelles. En esta ocasión y gracias a la fotografía de César Charlone, el film se sustenta en el uso de fuerte blancos, ocasionalmente contrastados con largos planos en negro, pero consigue transmitir en cierta medida ese sensación de ceguera que ataca a los protagonistas. Y, como ya he mencionado, esta vez la historia se nos narra de manera lineal, algo que quizás sea mejor para la historia pero que resulta extraño en alguien como Meirelles. Sólo la voz en off resulta verdaderamente molesta, aunque para suerte del espectador sólo se escucha en brevísimos momentos.
Y, volviendo a la novela original, es cierto que la película no termina de ser el gran estudio sobre la condición humana que dicen que es el texto de Saramago, pero eso no impide que sea una película disfrutable, a pesar de algunos pasajes desagradables de ver, algo que en el libro ocupa aún más espacio y que no por ello deja de ser necesario. Hay que entender A ciegas como un antojo de su director, que sólo quería adaptar un texto interesantísimo de un escritor al que admira, además de una nuevo paso en su carrera como director, siempre trabajando en nuevos géneros.



En definitiva, una película con muy buenos momentos, que mezcla luces y sombras (lo que seguramente volverá locos a muchos) y que tiene en Julianne Moore una razón de peso para su visionado.

Nota: 7.