30 diciembre, 2007

American gangster

Frank Lucas es el chófer de un importante mafioso de Hárlem. Tras la muerte de éste, Frank empieza a escalar puestos en el mundo de las drogas hasta terminar siendo el principal capo de Norteamerica. El detective Richie Roberts irá tras sus pasos con la Guerra de Vietnam como telón de fondo.

Gran película. Al fin. Todo es grande en ella. Duración, actores, dirección, montaje, fotografía, guión...todo. Tal y como prometían las críticas de aquellos que la habían podido disfrutar antes que yo, American Gangster es una de las películas del año. Sir Ridley Scott nos ofrece su mejor film en muchos años y una de sus más excelentes muestras de maestría como director. Se mueve con una soltura pasmosa en las 2 horas y media de duración, nos muestra todo sin olvidarse de nada, dirige a los actores de una manera genial y crea un ritmo tan acertado y continúo que en ningún momento la duración de la historia se nos hace pesada o cansina. El término "épica", del que tanto se abusa en estos días, se adapta perfectamente a los pesonajes y a los acontecimientos narrados.
Washington tiene momentos en los que se come la pantalla casi literalmente y Crowe nunca antes había estado tan cercano al público y había conseguido caer tan bien. Ambos personajes están estupendamente dibujados y la interpretación que hacen estos monstruos es bestial, justo
lo que pedía la historia. Pero no sólo los dos actores principales están bien. Todos los secundarios, desde Carla Gugino a Josh Brolin, consiguen interpretaciones creíbles y siempre saben aparecer en el momento exacto.



Para redondear la faena, Scott nos vuelve a demostrar que sabe de que va esto del cine y, técnicamente, la película es una gozada. Un montaje lleno de vida y ritmo que nunca decae, escenas de acción y violencia directas, bien planificadas y rodadas, una fotografía y una ambientación que hacen que creamos estar viviendo en los años 60/70, cuando transcurre la historia. Al igual que ocurría en la genial Zodiac (que no pude ver en cine y por eso no tengo crítica disponible en el blog), el presupuesto no sólo se ha gastado en pagar a las caras y nombres conocidos, se ha usado en recrear una época, en reconstruir unos hechos con precisión y exactitud.
Si tuviera que destacar algo negativo de este film quizás sería el uso de alguna cámara lenta más o menos innecesaria o de un exceso de uso de la banda sonora. Pero, sinceramente, sería fijarse en una memez, que no resta puntos ni al desarrollo de la historia ni a ningún otro punto de la película.



En definitiva, American Gangster es el magnífico broche filmico a un año bastante escaso de buenas películas (o al menos estrenadas en nuestro país), un film adulto y serio que devuelve al mejor Scott en años y nos deja con ganas de seguir disfrutando con el septimo arte.

Nota: 9.

PD: ¡Feliz año nuevo!

23 diciembre, 2007

Soy leyenda

Un virús ha matado a la gran mayoría de la raza humana. Los que no han resultado muertos por la infección se han convertido en una especie de vampiros sedientos de sangre. Sólamente un hombre, Robert Neville, parece la última esperanza de la humanidad, ya que es el último hombre vivo en la tierra.

Basada en la genial novela homónima de Richard Matheson, Soy leyenda prometía, tras dos espectaculares trailers, ofrecernos un buen rato de cine fantástico. Pero nos han vuelto a vender la moto. Resulta que si eliminamos la excelente puesta en escena, el esfuerzo de Will Smith por llegar al espectador y ciertas secuencias muy logradas nos encontramos con un producto vacio, muy vacio.
Y en esta ocasión la culpa no es del director, el notable Francis Lawrence, ya que consigue crear una atmósfera y ofrecer una puesta en escena asombrosa, con Nueva York totalmente abandonada e, incluso, se permite el lujo de ofrecer escenas tan bien rodadas y pensadas como aquella en la que Smith entra en un edificio abandonado siguiendo a su perra o la trampa que los monstruos tienden a nuestro protagonista. En esta ocasión, casi toda la culpa recae en el guión. Porque si. Durante la primera hora de metraje estamos viendo una cinta bastante decente, pero es cuando empiezan a salir vampiritos e historias y los F/X se convierten en los totales protagonistas cuando la película pierde toda la chispa. Así, de un plumazo.
Y es una pena. Porque Will Smith se esfuerza, hace lo que puede, lo que el guión da de si, él lo aprovecha al máximo. Pero un espectador medianamente inteligente no puede aceptar que le tomen el pelo de esa manera. Y más aún si ha leido la novela original. Porque, de nuevo, el guión destroza el libro, como en tantas ocasiones. Lo que en la novela era un final ingenioso y desolador, aquí es un exceso de comercialidad que acaba matando la idea original del film o de la historia.




Técnicamente, Soy leyenda es excelente...hasta que aparecen los dichosos vampiros. Son como Gollum. Pero en lugar de parecer realistas o acojonar, parecen de plástico y son totalmente idiotas, culpa otra vez del guión. Parece que al señor Akiva Goldsman le gusta escribir mal a propósito y decide pasarse por el arco del triunfo el perfil que Matheson hacía en el libro de la nueva raza surgida a raiz del virus. Pero gracias a Lawrence, el resto de F/X ni se notan y son perfectos sobre todo aquellos que nos muestran NY totalmente devastada y abandonada de la mano del hombre. Lo cual habría sido perfecto convinado con la notable fotografía y la casi ausencia de banda sonora. Pero, de nuevo, esto se queda en suposición. ¿Y si el guión lo hubiera escrito otro? Quizás estaríamos hablando de un cipote de película.
Aunque en un principio parece que todos los trucos técnicos se van a usar en beneficio de la historia, pronto se les olvidó a los responsables del film este principio tan básico en el cine y decidieron usar F/X por un tubo hasta para hacer una rata infectada.



En resumen, una muy gran decepción. Nos prometieron la luna y nos han dado una pedrada. Y es una lastima, porque Will Smith me cae bien, porque la puesta en escena es sobresaliente y porque la idea y novela original de Matheson daban para hacer una película cumbre dentro del maltratado genero de la ciencia ficción o del terror. Sólo cabe esperar que Goldsman olvide como coger un lapiz y deje de escribir. Eso si sería beneficioso para la humanidad.

Nota: 5.

15 diciembre, 2007

[REC]

Una reportera y el cámara que la acompaña están pasando una noche con el cuerpo de bomberos de Barcelona para el programa Mientras usted duerme. Cuando la velada transcurría sin ningún tipo de incidentes, los bomberos reciben una llamada y deben acudir de urgencia a un edificio donde una anciana vecina parece estar enferma. Cuando los bomberos y el equipo de TV llegan al edificio descubren que no todo marcha bien y sin quererlo ni beberlo están encerrados y en cuarenta por motivos médicos.

Otra vez ha pasado bastante tiempo desde que vi la película hasta que me he decidido a escribir la crítica. Y eso que
[REC] me pareció muy entretenida. Acojonar, acojona, eso está claro. Aunque no deja de ser una simple atracción de feria muy bien montada y planificada para ganar dinero. Con todo hay que reconocer el mérito de Balagueró y Plaza, po
rque han demostrado que en España también podemos ser originales respecto al cine de género y hacer que la gente lo vea y confie en él como producto de entretenimiendo. Porque uno no ve estás películas esperando ver una de George A. Romero.
Sobre los actores hay que destacar su esfuerzo, porque una actuación tan espontánea es dificil de conseguir y más aún que el público se la crea y disfrute con ella. Aunque a veces pequen muchísimo de histeria y de griterio, la sensación de realidad que transmiten al espectador es bastante notable y en muchos momentos nos tenemos que agarrar a la butaca con fuerza.



Técnicamente, [REC] es muy muy buena. Está muy bien montada y planificada y la buena mano del cámara, que en algún lado he leído que es un profesional, es acertadísima. El agobio que transmite la camara en mano al estilo reportaje hace que muchos espectadores lo pasen verdaderamente mal. Incluso, los hay que a los 10 minutos de película preguntan si ha empezado, porque el estilo televisivo rompe bastante los esquemas de la gente.
Pero aún con esto aciertos, [REC] tiene sus fallos. El primero, tener que buscar un culpable a la infección. Parece ser que no quedaba bien el rollo del virus y pensaron que culpar a los de siempre sería más acertado. Y segundo, el final. Vale que la "niña Medeiros" está muy bien conseguida y acojona mucho pero...¿era necesario ese plano final? Es que rompen la estética realista para darnos en todo el gepeto con un plano ultra comercial, que descoloca muchísimo.



En resumen, [REC] puede ser un ejemplo más del buen estado del cine de terror en nuestro país, a pesar de sus fallos. Lástima que en Hollywood crean que mola hacer remakes y que en poco tiempo tengamos que tragarnos el de la historia que nos ocupa.

Nota: 7.

10 noviembre, 2007

El orfanato

Cuando Laura era una niña huérfana se crió en un pequeño orfanato hasta que fue adoptada por una buena familia. Cuando Laura vuelve años más tarde al orfanato con la intención de abrir un hogar de acogida para niños con problemas no sabe que un misterio la estará esperando y que su propio hijo adoptivo tiene mucho que ver.

Debút esperadísimo del joven director J.A. Bayona, con preselección
para los Oscar incluida. Era tanta la espectación creada por esta cinta que algunos contaban con los dedos los días que faltaban para su estreno. Yo la vi una semana después de sus estreno y ha sido ahora cuando me he acordado de ella. Y es que, El orfanato tiene una factura técnica cojonuda (para estar hecha aquí, claro) pero es de esas películas destinadas a caer en el olvido. Nada más empezar tenemos que soportar la treta publicitaria de "director famoso" presenta, en este caso, Gillermo del Toro. El público, aún flipando un año después con El labertino del fauno (a mi me encantó), sabe que no va a ver lo mismo, pero que ese nombre este presente en el cartel es una evidente ayudita para la taquilla (como podría serlo el "Tarantino presenta" o el "Spielberg produce"). El problema es que este tipo de cosas nunca aseguran nada (Tarantino pagó Hostel y es una basura y Spielberg produjo Transformer...de la que no diré nada por respeto) y en este caso nos da buena factura, pero poco mas. Bayona hace un trabajo muy digno, más aún teniendo en cuenta que es un debút, pero le falta poner de su parte ideas propias y "homenajear" menos ciertos clásicos del género. Sobre los actores destaca Belén Rueda, que recordemos empezó en la tele haciendo el moñas más abosulto. Rueda demuestra ser una actriz de notable calidad y seguro que el futuro le aguarda grandes ofertas.



Como ya he mencionado antes, técnicamente la peli está a un nivel muy bueno y da el pego perfectamente como producción destinada a romper taquillas. Y ese es su principal problema. ¿De que sirve hacer una peli española para que luego quede en pantalla como una de los USA? Hay buenas pelis españolas y con mucho presupuesto que al menos mantienen cierto toque cultural español (y que conste que eso no significa "tetas y coños", algo muy de aquí por otra parte). Por supuesto, sería absurdo arremeter con el apartado técnico del film pero algo más de "suciedad" no le hubiera venido mal.
Y, como todos lo que la han visto saben, El orfanato tiene algunas escenas dignas de recordar, como la mítica secuencia del atropello, por todo lo que sucede y la hilaridad de la situación.



En resumen, espero que El orfanato reviente taquillas aunque sólo sea por ver la estadística un poco mejorada aunque para otra ocasión me gustaría ver algo mas arriesgado (al estilo de Los cronocrímenes de Vigalondo, de la que hablaré pronto).

Nota: 6

07 octubre, 2007

Promesas del este

Una joven muere mientras da a luz a su bebé en un hospital de Londres. Anna, la matrona que asiste el parto, recoge el diario de la muchacha y busca algún dato que situe a familiares del recién nacido para que no tenga que ser entregado en adopción. Su sorpresa es mayor cuando descubre que el diario está escrito en ruso y en su interior encuentra una tarjeta de visita para un restaurante. Problema: el restaurante es de la mafia rusa y Anna se está metiendo en terreno pantanoso.

El canadiense David Cronenberg vuelve a formar equipo con el actor Viggo Mortensen tras la sobresaliente Una historia de violencia. Como en aquella ocasión, vuelven a ofrecernos una obra magistral, puede que incluso mejor. Con un guión estupendo, obra de Steven Knight, Cronenberg nos deslumbra con hora y media de excelente cine. Hay quien critica a Cronenberg por su cambio de registro, acusándolo de buscar el éxito fácil, hay quien lo critica porque ya no hace las películas que hacia antes y eso es un error. Si se presta atención se pueden apreciar miles de detalles que nos indican que estamos viendo una cinta del canadiense. No es que Cronenberg haya cambiado, simplemente, ha madurado y rueda historias igual de interesantes que las de antes pero con un estilo algo más realista y sosegado. ¿Se parecen El almuerzo desnudo y Una historia de violencia? Lo mismo que una mosca a una vaca. ¿Son buenas películas? Pues si (según gustos, claro).
Junto con la dirección o el guión, los actores son los que llevan el peso de la trama. Todos están sensacionales, en especial Mortensen, al que es imprescindible ver y escuchar en versión original. Su acento ruso y todo lo que hace a lo largo del montaje nos haría pensarnos pedirle un autógrafo si alguna vez lo viéramos por la calle, en serio, acojona. Junto con él encontramos a Naomi Watts, sensacional como siempre, a Vicent Cassel, que es una buen actor cuando lo dirigen en condiciones, y al veterano Armin Mueller-Stahl, que está serio y perfecto en su papel de jefe mafioso.


Técnicamente, Promesas del este se caracteriza por lo mismo que Una historia de violencia, buena fotografía, mejor montaje, excelentes escenas y cero por ciento de efectos digitales. Esto último puede parecer una chorrada, pero en los tiempos que corren se agradecen este tipo de producciones en las que todo es pura magia y técnica. Sobre las excelentes escenas, me gustaría destacar algunas, como aquella en la que Mortensen se somete al visto bueno de los rusos o la brutal pelea en los baños turcos, una de las mejores escenas del año, que duele y hace que uno sienta lo mismo que el protagonista (o casi).
Si tuviera que poner una pega a esta joya sería, y por decir algo, que quizás hubiera sido un mayor acierto dar más profundidad al personaje de Anna. Repito, es sólo un mínimo detalle que puede que incluso sea cosa mia, porque el personaje esta bien dibujado y bien interpretado.




En definitiva, Promesas del este es una magistral muestra de que todavía se pueden hacer buenas películas. Posiblemente sea la mejor película del año. Posiblemente, sólo la veamos unos pocos.

Nota: 9.

10 septiembre, 2007

La jungla 4.0

Un nuevo tipo de amenaza terrorista asola los EEUU, la informática. Servicios, transportes, luz, gas...todo se encuentra patas arriba y sólo un policía plantará cara al asunto, John McClane, que tiene que proteger a un informático mientras salva el país y a su propia hija.

Dicho así, la verdad, suena a gilipollez extrema. De hecho, lo es. Pero a
migos/as, estamos hablando de John McClane y todo lo demás importa un rábano. Lo cierto es que vi la película con algo de temor, no quería que uno de mis personajes favoritos del cine acción se amoñara y terminará protagonizando un basura (cosa que los trailers prometían). Pero tras unos minutos en la sala descubrí que:
1. Bruce Willis sigue siendo el único e inigualable John McClane, que en esta ocasión es poco menos que un Dios. Mata, conduce, casi vuela, insulta, se ríe del malo...a pesar de los años, sigue siendo el mismo.
2. Len Wiseman no es buen director pero sabe poner la cámara en su sitio para que veamos todo a la perfección e incluso es capaz de sacarse de la manga un par de escenas buenas, de esas que, incluso, duran en la memoría.
4. El malo es el malo más penoso de la historia. Timothy Olyphant sabe interpretar lo mismo que una castaña y encima el personaje no tiene la chispa ni la miga que los anteriores malos.
5. El compañero de McClane también es bastante penoso. Justin Long se ajusta a su papel pero en la memoria colectiva por siempre estará el Zeus del gran Sam
uel L. Jackson en La jungla 3.
6. La hija de Willis en la ficción, Mary Elizabeth Winstead, está de buen ver y encima, actúa de manera decente.
7. La jungla de cristal es La jungla de cristal, da igual que pase, siempre nos gustará en mayor o menor grado.



Es cierto que el guión es algo tosco e infantil, pero es que el cine de acción de hoy en día es así, los años 80 ya pasaron así que debemos dejar para la nostalgia aquellas producciones hiperviolentas que llenaban nuestras pantallas. Hoy en día el cine de acción serio no existe (honrosa excepción, la saga Bourne) y tenemos que adaptar nuestra mente a lo que hay. Con eso, La jungla 4.0 es una entretenidísima producción, llena de acción imposible y con algunos tópicos de la saga ya vistos anteriormente. Es cierto que fallan muchos factores, como los antes mencionados, pero tampoco podemos pedirle que sea una obra maestra.
Flaquea en ocasiones por las cosas y situaciones que vemos, Kevin Smith sale poco y debemos dar gracias a Dios o a los productores y encima tiene clichés con patas como la novia china del malo y encima karateca o el francesito chulapo que luego es un mierda y muere de la forma más triste. Pero aún con todos estos fallos, se pasa un rato muy divertido en el cine, que a fin de cuentas, es lo que uno busca por el precio cada vez más alto de una entrada.



Resumiendo, que puede gustar más o menos, pero lo que está claro es una cosa, es divertida y entretenida como pocas pelis de verano y encima nos devuelve a la gran pantalla a uno de esos personajes que pasarán a la historia del cine sin ser dramáticos ni melancólicos, solo por llevar el apellido McClane, soltar tacos y matar malos a diestro y siniestro.

Nota: 6´5.

01 septiembre, 2007

Grindhouse: Death proof

El especialista Mike, con su preparadísimo y potente coche, se divierte de una manera un tanto peculiar, asustando y matando atrozmente a las chicas guapas que se cruzan en su camino (si, esto es, a grandes rasgos, el argumento principal).

La segunda parte del conjunto Grindhouse llega a las carteleras y lo hace con el nombre de Quentin Tarantino pegado hasta en el culo. Y lo cierto es que, aunque le pese a muchos, este hombre hace lo que le apetece, cuando le apetece y como le apetece. Así, Death proof, sin ser una gran película, se muestra como un homenaje cachondo y, en ocasiones divertido, al cine de persecuciones de coches y al subgenero slasher de los años 70 (ahí esta el mítico Kurt Russell y sus míticas colaboraciones con John Carpenter para demostrarlo). Tarantino nos ofrece una película muy densa en cuanto a diálogos (por desgracia, no todos buenos y si aburridos) y situaciones de tranquilidad pero que sabe pisar el acelerador a fondo para dejar al espectador que se atreve con este tipo de productos con la boca abierta en su tramo final. Quizás sea la peor peli de Tarantino, si, pero eso no quita méritos al director y ni muchos menos quiere decir que sea un mal film.
Tarantino siempre tiene suerte con sus actores y, aunque en esta ocasión cuenta con un grupo de chicas que no se esfuerzan mucho, la presencia de la auténtica especialista Zoe Bell resulta más que gratificante. Además de actuar como una veterana, realiza sus escenas de acción, lo que le da un toque de distinción a su papel. Kurt Russell realiza una buena interpretación, por desgracia, algo diferente a lo que cabía esperar (en los últimos momentos de "asesino que se caga cuando le plantan cara" el señor Russell sale un poco mal parado).



En cuanto a la técnica de la película poco se puede decir, salvo que en esta ocasión se abusa mucho menos del desgaste de rollo fílmico o de los errores de sonido que en Planet terror y todo se queda en unos cuantos fallos intencionados y bien logrados (aunque hacerlo a posta no tenga la misma gracia). En cuanto a la música, elemento imprescindible en el cine de Tarantino, sólo puede usarse un calificativo, soberbia. Como es habitual en el cine de este señor, lo guiños a otras películas suyas se suceden, desde el sheriff ya visto en Kill Bill: Vol. 1 o Abierto hasta el amenecer, pasando por un politono de móvil muy conocido y terminando con su fetichismo por los pies femeninos (que aquí alcanza cuotas exageradas).
Las escenas de persecución están muy logradas y consiguen crear una sensación de velocidad brutal, sobre todo en la que Zoe se encuentra sobre el capó de un coche "jugando" con Mike a más de 120 por hora. Sin duda alguna, una degenerada y violenta persecución que dará un giro radical para terminar con un repentino "The end" escrito en pantalla.

Death proof es, en definitiva, el guiñó al cine setentero que un tío como Quentin Tarantino podría hacer, lleno de sus típicos diálogos, su magnífica música y sus solventes planos secuencia, con un interesante descubrimiento como Zoe Bell y algunos momento currados protagonizados por Kurt Russell. Eso y, claro está, una persecución que dura unos 15 minutos donde todo es posible y cuyo final, personalmente, me dejo bastante sorprendido.



Nota: al igual que con Planet terror, no voy a dar una nota a Death proof hasta que vea Grindhouse tal y como fue diseñada. Death proof es más aburrida, si, pero desde luego (y para tarantinianos de pura cepa) una excelente oferta para disfrutar en pantalla grande.

P.D: Amo y adoro a Rosario Dawson (sino lo digo reviento)

30 agosto, 2007

El ultimatum de Bourne

Jason Bourne vuelve a casa después de 3 años huyendo de aquellos que lo entrenaron para matar y vuelve dispuesto a dejar las cosas claras y en su sitio. Tras su huida por las calles de Moscú, Bourne tendrá que seguir limpiando su nombre de falsas acusaciones y aclarar su verdadera identidad en un viaje frenético y trepidante, desde Europa hasta Nueva York.

Paul Greengrass lo ha vuelto a conseguir, nos vuelve a ofrecer casi dos horas de pura emoción, pura acción, siempre tratando al espectador con respeto y consiguiendo que no apartemos la mirada de la pantalla en todo el metraje. Si con El mito de Bourne ya consiguió filmar la mejor película de acción en lo que llevamos de siglo XXI, aquí nos vuelve a demostrar que lo mismo dirige un drama hiperrealista como United 93 o un espectáculo palomitero e inteligente (adjetivos que en contadas ocasiones coinciden) como la presente última parte de la trilogia del señor Jason Bourne. Y es que Bourne es, desde que se estrenó la estupenda primera parte, un icono del cine de acción. En estos tiempos, donde lo fácil es ganar dinero haciendo películas con miles de F/X digitales, a unos notas se les ocurrió iniciar una saga de espionaje al más puro estilo setentero (adaptado a los tiempos que corren, claro) y dar a conocer al personaje creado por el novelista Robert Ludlum.

Matt Damon se convierte en el actor perfecto para el papel protagonista por su cara de niño bueno pero con mala hostia si le tocan las narices y encima está acompañado por un elenco de aupa. Joan Allen, David Strathairn, Scott Glen, Albert Finney e, incluso, Daniel Brühl y Paddy Considine en pequeño papelitos. Quizas todos esten demasiado serios pero es que en la saga Bourne pocas veces se ha visto un momento de tranquilidad o que permita relajarse.



Técnicamente, y siendo Greengrass el responsable de todo, no cabía esperar otra cosa mas que maestría en el montaje, en el uso de la música, en los movimientos de cámara y en las increibles secuencias de persecución (a pie, en moto, en coche...no importa, todas se salen). El uso de la camara en mano se muestra igual de acertado que en la primera parte y nos mete de lleno en las escenas de acción, sobre todo en la espectacular (por su capacidad para crear incertidumbre) secuencia en la estación de trenes de Waterloo o en la brillante persecución por las calles de Nueva York (no tan perfecta como la de Moscú, pero casi).
Aunque muchos acusen a Greengrass de usar la música en exceso, cosa cierta por otra parte, siempre resulta muy importante su uso, por su capacidad para crear dinamismo y porque es una música que en nada desentona con el resutado final de la historia.



En definitiva, una estupenda película de acción, de hecho, de las pocas que no nos toman el pelo y que trata al espectador con inteligencia y respeto, un estupendo final a la trilogía Bourne y sin duda y hasta el momento, la mejor película pensada para sacar algo de pasta en todo lo que llevamos de verano.

Nota: 9.

07 agosto, 2007

Grindhouse: Planet terror

Una fuga de gas tóxico provoca que los ciudadanos de un pueblucho de Texas se conviertan en zombies y anden con ganas de comer y matar a todos sus vecinos. Un grupo de supervivientes , entre los que encontramos a Cherry Darling y a su ex El Wray, intentarán sobrevevivir.

La primera parte del díptico Grindhouse (maldigo a los hermanos Weinstein por decir que en Europa no conocemos este término y obligarnos a ver las películas por separado) llega por fin a España. El segmento de Robert Rodríguez es un claro homenaje en plan cachondo al cine de zombies de serie B de los años 60
y 70, con detalles que recuerdan a La noche de los muertos vivientes del maestro George A. Romero, salvando las distancias claro. Planet terror se presenta como una gamberra y sangrienta historia de terror con un ritmo vertiginoso, divertido, con casquería a granel y con unos personajes a cada cual más caricaturesteco y cachondo. Robert Rodríguez sigue siendo un autentico "Juan Palomo", capaz de dirigir, escribir, fotografiar y componer la banda sonora para el gozo y disfrute de los espectadores. Me resulta imposible decir algo malo de un hombre que se hace toda una película él solito (aunque tiene pelis realmente malas). Planet terror se parece en cierto modo a Abierto hasta el amanecer y eso resulta todo un acierto, teniendo en cuenta que es lo mejor de su director/creador (que conste que a mi si me gustó Sin city, y mucho), desde unos primero minutos de desarrollo de personajes hasta el baile sensual de su protagonista femenina y la posterior defensa a tiros del refugio.
Rose McGowan encaja a la perfección en el mundo Grindhouse con su curvilíneo físico (primeros minutos de película no aptos para cardiacos) y su notable interpretación. El resto de
actores están perfectos en sus papeles, sobre todo el mítico Michael Biehn (Terminator y Aliens) y Michael Parks (el incombustible sheriff visto en Abierto hasta el amanecer y Kill Bill). El protagonista masculino, Freddy Rodríguez, consigue un personaje divertido y que conecta con el espectador a la perfección.



Tecnicamente...bueno, tecnicamente Planet terror adolece de la experiencia Grindhouse. Rollos perdidos, imagenes quemadas, perdida de color, sonido chusco; todo ello intencionado para crear esa sensación de cine cutre y casposo de los años 70. Lo cierto es que la idea resulta cuanto menos original por lo que todos estos detalles no molestan y son bastante llamativos. Los efectos especiales de maquillaje, hay pocos digitales, corren a cargo del experto y maestro Greg Nicotero, con momentos realmente asquerosos, sanguinolentos y poco aptos para gente de estómago sensible, aunque en ningún momento pretenden ser realistas, sólo exagerados y (repito) cachondos.
Sobre el resto de elementos del film poco se puede decir, porque corren al cargo del propio Robert Rodríguez, un tipo que pago su primer éxito, El mariachi, vendiendo su cuerpo como conejillo de indias.



Planet terror es un divertido film para ver en el cine, aunque sufre por culpa de su distribución la perdida de esa oportunidad de ver 2 pelis por el precio de 1 y de disfrutar durante 3 horas y cuarto de una autentica sesión Grindhouse (31 de agosto: estreno de Death proof, segmento de Tarantino). Eso si, sólo por ver el falso trailer de Machete, merece la pena gastasre la pasta.

Nota: Como película independiente, Planet terror funciona bien, pero como fue creada para su distribución junto con Death proof y cinco trailers falsos, me resulta muy difícil darle una nota que corresponda a su calidad artística, así que me guardo la nota para cuando haya podido disfrutar de la experiencia Grindhouse (que será en DVD, espero).

31 julio, 2007

Los Simpsons. La película

La ciudad de Springfield está alcanzando cuotas exageradas de contaminación y los poderes locales deciden actuar (gracias a la ecologista Lisa, por supuesto) y evitar que la polución termine destruyendo la ciudad. Pero Homer es Homer y al final terminará chafándolo todo, destruyendo la ciudad, huyendo con su familia a Alaska mientras todos sus vecinos lo buscan para darle un castigo bastante merecido.

Esta es una crítica un tanto especial. No se puede hablar de interpretacion, ni de efectos, ni de tecnicismos ni, incluso, de dirección. ¿Por qué? Pues porque son Los Simpsons, esa familia que lleva divirtiendo a generaciones desde hace 20 años. Matt Groening era con
sciente de que se jugaba el respeto de los fans de la serie de por vida y por ello quiso contar con los mejores guionistas de la serie, esos que trabajaron durante las sobresalientes temporadas del flameado de Moe, de las aventuras del abuelo con El pez volador, Homer más estúpido que nunca, Bart de mensaka en China...y un largo etcétera que podría no acabar nunca. Un total de 17 guionistas que han trabajo lo suyo y se nota que se han esforzado por ofrecer al público algo que el propio Homer reconoce en los primeros 5 minutos de metraje: que estamos viendo algo pagando cuando podríamos verlo gratis por televisión.
Como fan de la serie desde tiempos ancestrales (o más) reconozco que me lo pase pipa viendo a Homer en pantalla grande, sobre todo en la primera media hora inicial, que es un verdadero descojone y un torrente de ideas (más o menos originales). Después la cosa decae, algo que se veía venir, sobre todo por la costumbre de sus responsables a escribir para capítulos de unos 22 minutos.



Lo importante de esta película es que dura poco, entretiene y diverte a casi todos los públicos (que tiempos en que Los Simpsons se burlaban de todo sin caer en el absurdo más innecesario). Veremos un desnudo integral, una muerte innecesaria, famosetes, unos créditos cachondos y lo más importante, a la familia amarilla favorita del mundo repartiendo risas a diestro y siniestro. Aunque la cinta decaiga un poco tras los primeros 30 minutos, sabe remontar el vuelo y dar escenas a los personajes que todos queremos (Moe, Lenny, Carl, Wiggun...) y ofrecer un final bastante currado (irreal, pero currado) que sin duda nos hace olvidar las últimas temporadas televisivas.



A pesar de Padre de familia, Padre Made in Usa, Kevin Spencer o South park, Los simpsons ya han pasado a la historia por ser unos de los primeros dibujos animados para adultos (repito, adultos, los niños no deberían ver estas series, pero cada padre que haga lo que quiera) en cosechar un éxito tan monumental y capaces de reirse de todo y criticar lo mejor y lo peor de su país. En definitiva, la película es como un capítulo más. Más largo, más grande y sin cortes (sic) y que nos da la posibilidad de reir en este caluroso verano.

Nota: 7.

11 julio, 2007

28 semanas después

El terrible virus que asoló Inglaterra se encuentra aparentemente bajo control. Los infectados por la Ira han muerto de inanición y las tropas de la OTAN lideradas por EEUU creen que es el momento oportuno para repoblar el país y que todo vuelva a la normalidad. Entre los refugiados que vuelven a Gran Bretaña se encuentran una pareja de hermanos que tras largo tiempo se reencuentran con su padre, superviviente de la temible hepidemia. Cuando todo marcha aparentemente bien, el virus vuelve con más fuerza que nunca para causar el pánico y volver a ponerlo todo patas arriba.

Primera incursión de Juan Carlos Fresnadillo en el cine extranjero y primera incursión superada, aunque no de la manera que podía esperarse del director de Intacto. Y es que tener como precedente la magnífica cinta de Danny Boyle, 28 días después, era una misión difícil de superar. Muchos se empeñan en decir que esta secuela es mejor que la anterior entrega, cuando no deja de ser una segunda parte resultona y divertidamente terrorífica. Porque una cosa es cierta, como secuela, merece mucho la pena. Fresnadillo crea una atmósfera bastante buena durante el metraje y consigue escenas de verdadero maestro del suspense y el susto aunque cae en el error de asemejarse demasiado a la peli de Boyle en muchos momentos. Si a eso le sumamos la manía de mover la cámara como un loco cada vez que un infectado aparece en pantalla, tenemos dos grandes lastres para el canario que, a pesar de todo, lográ una factura técnica notable y desarrollar los personajes lo justo y necesario para este tipo de producciones.
Los actores, entre los que encontramos a un sobresaliente Robert Carlyle, cumplen su función con buen hacer. Los hermanos protagonistas no lograr empatizar de todo con el público, sobre todo el crío, interpretado por el novato Mackintosh Muggleton, pero es por culpa del guión que los convierte en causantes de la desgracia. Ojo a Imogen Poots, la hermana, que capta la atención cada vez que aparece en pantalla con su carismático rostro. El resto de miembros del cast están bien, sin acaparar mucho la atención y con una función clarísima dentro de la desenfrenada acción.



Como suele ser habitual en los últimos meses, el acabado técnico de la cinta es impecable, cosa de la que me alegro muchísimo ya que nos demuestra que un cineasta español puede usar efectos especiales cuando se lo proponga (y cuando tenga la pasta para ello). Sonido, fotografia y, sobre todo, banda sonora, encajan a la perfección en el montaje final. Desgraciadamente, la cámara de Fresnadillo no se queda quieta ni un segundo y produce tal sensación de mareo que en muchos momentos tenemos que imaginarnos lo que está pasando porque la acción está totalmente desenfocada o fuera de plano.
Con todo, Fresnadillo crea escenas de gran tensión, como la del metro, con la única iluminación que consigue una mirilla de visión nocturna o la del código rojo, cuando no se distingue entre infectados y sanos. Mención aparte para la brutal escena del helicoptero con Harol Perrineau (¡¡¡¡Walt!!!!) usando las helices para...bueno, imaginad.



En resumen, una aceptable cinta de terror, digna sucesora de 28 días después, aunque para mi en ningún momento superior a la cinta de Boyle. Con momentos de terror, de suspense y con la envidiable capacidad de mantenernos pegados a la butaca durante un buen rato, algo que la mayoría de las cintas de terror de los úlitmos años no consiguen. Esperemos que Fresnadillo de pronto con otro proyecto interesante y la próxima vez sea capaz de dejar la cámara un poco más quieta.

Nota: 6´5.

05 mayo, 2007

La fuente de la vida

En la España del siglo XVI, un conquistador viaja hasta el nuevo continente para encontrar la fuente de la vida. En la actualidad, un científico busca una cura efectiva contra el cáncer. En el siglo XXVI, un hombre asciende en el infinito universo para alcanzar una estrella a punto de morir. Todos tienen el mismo objetivo, poder salvar la vida de la mujer a la que aman, así sea a través de los siglos.

En lugar de acudir como un borreguito a ver Spiderman 3 (y después del “no cometas ese error” por parte de mi colega Manolo), he optado por La fuente de la vida, cinta de Darren Aronofsky que levantó odios y pasiones a partes iguales en el pasado festival de Venecia. Estrenada hace tropecientos meses en el resto del mundo, al fin llegó a España la susodicha, aunque con un estreno bastante escaso en número de copias, cosa que tampoco es de extrañar teniendo en cuenta lo poco usual de la propuesta.
Reconozco que Pi, opera prima de Aronofsky me resultó muy original, pero no he podido ver Réquiem por un sueño. Tengo estómago de acero, pero hay cosas superiores a mis fuerzas. Con todo, esta nueva película del realizador se presenta como una original historia llena de romanticismo y de escenas espectacularmente emotivas, así como de muchas otras que el espectador no termina de entender muy bien. Aronofsky se desenvuelve bien con los actores y los efectos especiales, creando algunos momentos sobresalientes a lo largo del montaje.
Y es que, hay que reconocerlo, a este hombre se le da bien dirigir a los intérpretes. Hugh Jackman lo hace de maravilla en su triple papel, incluso nos convence como conquistador español aún sabiendo que el hombre es más australiano que un boomerang (la de cosas que enseñan Los Simpsons). Este hombre está destinado a ser uno de los grandes, y sino tiempo al tiempo. La chica de la cinta, Rachel Weisz, está tan sobresaliente como casi siempre y el personaje le viene como anillo al dedo. La química entre la pareja protagonista es muy buena y nos logran convencer y emocionar en todo momento.

Junto con la originalidad de la historia, el apartado técnico es el otro motor principal de la cinta. Aronofsky se defiende de maravilla con un presupuesto no muy elevado (en comparación con el inicialmente previsto) y saca jugo de todas las escenas que podemos considerar espectaculares. En especial, todas las imágenes que acompañan a la historia del futuro son impresionantes, en especial las de la supernova y las del espacio exterior.
La fotografía, excelente, ayuda a que nos creamos lo que estamos viendo y crea una atmósfera genial en el tramo de los mayas. La otra joya es la banda sonora, que emociona con sólo unas notas y que tiene momentos de verdadera maestría.
Pero no todo iba a ser bueno y bonito y es que, al final de la cinta, a Aronofsky se le pira la pinza y quiere unir si o si las tres tramas principales, con unos últimos minutos que confunden al espectador y crean sensaciones contradictorias (como en Venecia, unos aplaudirán y otros abuchearán).

En definitiva, una muy original propuesta que los más cinéfilos no deberían dejar de ver, aprovechando que hemos tenido la suerte de que se estrene en los cines. Además, puede ser la última vez que veamos una paja mental de Aronofsky (dicho con cariño) en pantalla grande, ya que sus próximos trabajos parecer ir en una dirección más normalita. Así que aprovechad, que en hora y media viajaremos a lo largo de diez siglos y veremos una muy bonita historia de amor (y para que a mí me guste una historia romántica…).

Nota: 8

22 abril, 2007

Sunshine

Mediados del siglo XXI. El sol se está apagando y ha dejado a la Tierra sumida en un invierno interminable que amenaza con exterminar a la humanidad. Tras un intento fallido, protagonizado por la nave Icarus, de "reiniciar" el sol hace algunos años, un grupo de astronautas y científicos deben viajar hasta el astro rey para lanzar una bomba que lo reactive. Pero en su largo viaje, la Icarus II, recibirá una extraña señal de auxilio que creará la confusión entre los tripulantes.

Mal rollito. Mucho mal rollito es lo que desprende la nueva peli del interesante director Danny Boyle. Si hace unos años el británico fue capaz de acongojarnos con
28 días después, ahora consigue que el espectador pase un buen mal rato con Sunshine. La capacidad de Boyle para meter la cámara en sitios insospechados y de crear tension y agobio, queda patente desde los primeros minutos. Las sensaciones de claustrofobia y agorafobia nunca habían sido mostradas en tan poco espacio de tiempo a la vez. Lo mismo estamos dentro de un casco de astronauta que nos vemos perdidos en la inmensidad del espacio.
Pero a pesar de estos aciertos, Boyle cae en el error de emular cintas de culto de la ciencia ficción como
2001 y Alien, el octavo pasajero. Aunque de la cinta de Kubrick si consigue sacar buenas ideas (el mal rollo, la filosofía...), es de la cinta de Scott la parte homenajeada que sale peor parada. Sin querer desvelar giros argumentales, hay ciertos puntos del guión que sobran un poquito, quizás culpa de Alex Garland, buen guionista que en esta ocasión quiere abarcar demasiado en una cinta que tampoco daba para reflexiones morales ni dilemas existenciales tan grandes como los que nos muestran.
Sobre los actores, destacar la presencia de Cillian Murphy, un actorazo como la copa de un pino que sabe anteponerse a su físico (el pobre tiene una cara de psiquiátrico que no puede con ella) y logra empatizar bastante con el sufrido espectador. Una gran sorpresa es la de Chris Evans, actor al que vimos en
Los 4 fantasticos haciendo el idiota y que aquí demuestra ser buen actor cuando la situación lo requiere.



Técnicamente, Sunshine es una delicia para la vista y para los oídos. Los efectos especiales, sin ser los mejores de la historia, consiguen mostrar a la perfección lo que pretenden mostrar, más teniendo en cuenta que no estamos viendo una superproducción hollywoodiense. Pero lo que más destaca del conjunto técnico son los estupendos efectos de sonido (aunque a estas alturas todos sabemos que una explosión no hace ruido en el espacio, veasé determinada secuencia de 2001 que pone los pelos de punta).
Como ya he destacado anteriormente, la cámara de Boyle consigue introducirse en lugares pocos comunes (algunos tacharán al director de efectista), aunque también hay que reconocer que en ciertos momentos al inglés se le va la mano con eso de las innovaciones.
Además, la banda sonora es bastante interesante (marca, por otra parte, habitual de la casa) y mezcla a la perfección temas musicales de esos que quedan tan bien (lo siento, pero soy pésimo asignando estilos, mejor no decir pop o rock para no cagarla) con otros orquestales usados en los momentos de más tensión.



En definitiva, una interesante propuesta fílmica dentro del maltratado género de la ciencia ficción, con un Danny Boyle capaz de dirigir cualquier cosa a estas alturas y con una enorme capacidad para generar mal rollo y tensión en menos de dos horas de metraje, con momentos olvidables y pequeños recovecos en el guión, pero una buena opción dentro de la (sosísima) cartelera actual.

Nota: 7.

23 marzo, 2007

300

Las tropas del todopoderoso Jerjes pretenden dominar la antigua Grecia. Pero en su camino se toparán con los espartanos, un pueblo liderado por el rey Leónidas, que con tan sólo 300 hombres de su guardia personal hará frente al millar de soldados persas en la conocida como batalla de Las termópilas, llamada así por situarse en una angosta zona cercana al mar que los espartanos utilizarán en su beneficio para plantar cara a las hordas invasoras.

Antes de comenzar con la crítica, destacar algunas cosillas. Es esencial leerse el cómic de Frank Miller en el que se basa la película, por la simple razón de que es una obra maestra de la novela gráfica. Es esencial ir al cine con la certeza de que se va a ver un espectáculo grandioso, violento, sin concesiones, con sexo y para nada, repito, para nada, realista. Esta película, al igual que el cómic, no es un fiel retrato histórico como intentan ser otras producciones del tipo Gladiator o Troya, no, esta película es puro espectáculo, pura emoción y, sobre todo, puro gozo. Además, recomiendo fervientemente el visionado de Amanecer de los muertos, la anterior película de Zack Snyder, que a este paso se va a convertir en el nuevo David Fincher (por eso de que ambos vienen del mundo del videoclip). Dicho esto, vamos al tema.
300 es ni más ni menos que una absoluta maravilla visual, una obra maestra desde los primeros minutos, donde la música atruena nuestros oídos y lás imágenes junto con la voz en off (el doblaje ha resultado ser muy notable al final, aunque quien pueda verla en versión original, mejor, que dicen que la voz de Butler acojona) nos causan una impresión pocas veces vivida en el cine. De hecho 300 es, hoy por hoy, una de mis mejores experiencias en una sala de cine. Zack Snyder ha dirigido la mejor película palomitera en lo que va de siglo (si, palomitera, que este menda no quiere ganar premios y tonterias, al menos de momento), con una labor detrás de las cámaras y de adaptación de guión excelente. El aparentemente poco denso tomo de Miller da para una película de dos horas justitas, llenas de todo, desde acción sin freno aderezada con música electrónica (que no chirría en ningún momento) hasta primerísimos planos de sus actores, pasando por escenas de sexo muy raras en estas épocas tan puritanas o bellísimos planos creados digitalmente. Snyder le saca el jugo al rodaje en pantalla verde, con una postproducción tan excelente que nadie podrá decir que lo que está viendo pega el cante.
Pero lo mejor de Snyder es su capacidad para dirigir a los actores. Gerard Butler se transforma en el perfecto rey Leónidas, con una interpretación muy notable en la que demuestra lo buen actor que es, siendo esta su gran lanzadera para convertirse en una estrella. El resto del equipo masculino (desde David Wenham hasta Vincent Regan) está a la altura y más teniendo en cuenta lo físico de todas las interpretaciones. Sobre la única chica con papel importante en la cinta, Lena Headey, destaca su buen hacer y su capacidad para atraer la mirada del espectador con una simple mirada.



Dejando a un lado la dirección de Snyder y las interpretaciones de los actores, 300 destaca sobre todo porque muestra las cosas como las tiene que mostrar, dejándose de chorradas. Mutilaciones, cercenamientos a cámara lenta (que las hay en cantidad, pero no molestan), sangre a granel, grandes panorámicas e, incluso, escenas repletas de erotismo gay (es de sobra conocido que los griegos no tenían problemas con la homosexualidad, ya que consideraban el cuerpo masculino una obra de arte, muy modernos ellos). La secuencia entre Leónidas y Jerjes, un Rodrigo Santoro que no reconoce ni su madre, es bastante arriesgada para mostrar ante el gran público, aunque todo queda en una simple insinuación...o lo que cada cual quiera ver. Pero si hay que hablar de secuencias memorables, hablemos de los combates.
300 es desde ya, la película épica más bestia de la historia del cine. Ni Gladiator, ni El retorno del rey (la batalla de Minas Tirith es una cagada de paloma comparada con cualquier escena de este film), ni Troya ni nada similar es capaz de igualar las bestialidades que vemos en tan poco tiempo. Si hace poco comenté Apocalypto y destaqué el modo en que Gibson rueda lo que quiere, Snyder es un verdadero as como autor, ya que consigue que sus productores le den libertad absoluta para hacer lo que quiera. De hecho, la película de mister Zack comparte ciertos parecidos con la de mister Mel, o al menos produce cierta sensación de semejanza, una sensación de que nos están contando las cosas de tal forma que nos divirtamos y entretengamos, que es lo que cuenta en el cine (mencionar también que las escenas en el parlamento me recordarón mucho a las de Roma, esa sobresaliente serie de televisión que merece un hueco en los libros).Escenas como la de la montaña de cadáveres, la del ataque con bestias o los sublimes últimos 20 minutos convierten a este film en un verdadero éxito cinematográfico, que seguramente termine considerándose una película de culto (si acaso no lo es ya).
Para terminar (me he colado escribiendo esta vez), sólo decir que 300 es, al igual que por ejemplo Sin city (curiosamente también basada en novelas gráficas de Miller...), una película extrema. Extrema en el sentido de que o te gusta o no te gusta, no hay término medio. O la amas o la odias.



En definitiva y acabando de verdad, recomendar 300 a todos/as aquellos/as amantes del séptimo y el noveno arte, porque nunca antes se había conseguido hacer una adaptación tan buena como ésta. Visualmente poderosa, técnicamente hermosa y muy, pero que muy bien dirigida, merece la pena verla en una pantalla grande (en digital a ser posible...como hice yo), gigante si es posible y con los altavoces al lado de las orejas. Porque, quién sabe cuanto tiempo puede pasar hasta que volvamos a disfrutar de una hazaña fílmica tan grande como ésta.

Nota: 10 (vale, quiza me he pasado, un 8 o incluso un 7 sería más objetivo y realista,pero he disfrutado tanto que considero que este film merece ser el primero en obtener la máxima puntuación en este blog).

21 febrero, 2007

Cartas desde Iwo Jima

Las tropas niponas se disponen a defender la isla de Iwo Jima de las tropas norteamericanas bajo el mando del general Kuribayashi, que cree opurtuno crear una red de túneles subterráneos a lo largo de toda la isla para poder hacer frente al bando enemigo, bastante superior en número y armamento. Mientras esperan la batalla, cada soldado irá descubriendo que la guerra es un sinsentido y que conforme pasa el tiempo añoran más volver a ver a su familia, cosa que muchos de los soldados dudan que suceda, ya que en esa isla les espera la muerte en una batalla que no pueden ganar.

Tras la fallida Banderas de nuestros padres llega Cartas desde Iwo Jima, muy superior en todos los aspectos a la anterior película de Eastwood que retrató tan cruenta batalla. En esta ocasión Eastwood se deja de gilipolleces y nos ofrece lo que todo buen amante del cine bélico quiere ver, grandes momentos repletos de emoción, acción y sentimiento. Y es que si algo sorprende desde el primer momento en esta producción es la cantidad de sensaciones y sentimientos que transmite, gracias a un dominio excelente por parte del señor Clint Eastwood tanto en la dirección de actores como en la realización técnica de la cinta. Al contrario que en su otra cinta sobre Iwo Jima, aquí los actores trabajan de maravilla, sobre todo un Ken Watanabe al que su personaje le sienta como anillo al dedo o el, desconocido para mi, joven Kazunari Ninomiya, que interpreta al soldado Saigo, que conecta desde el primer momento con el espectador, creando una simpatía total hacia él. Lo cierto, y aunque suene a cosa rara y sea una comparación difícil, estamos ante la cinta más sensible de Clint desde Los puentes de Madison.
Gracias a la excelente dirección, los actores se amoldan a sus papeles con mucha soltura y todos, absolutamente todos, consiguen transmitirnos sus emociones, desde el fanatismo más absoluto, pasando por la locura transitoria por culpa de las vivencias en el campo de batalla, hasta la bondad representada en el soldado famoso interpretado notablemente por Tsuyoshi Ihara.




Pero si hay algo que está a la altura de la sobresaliente dirección, ese es el aspecto técnico de la cinta. Eastwood, con mucha sabiduría, ha sabido mezclar escenas ya mostradas en Banderas de nuestros padres, con otras más modestas (recordar que Cartas desde Iwo Jima ha costado muchos, muchísimos millones menos), consiguiendo unas secuencias increibles y perfectas, sobre todo las de bombardeos. El sonido, nominado al Oscar, está de rechupete, y sabemos donde va a caer una bomba antes de que está toque el suelo en la pantalla.
Otra cosa que está excelentemente rodada en el film son los momentos más duros y angustiosos, como el suicidio colectivo de algunos soldados (ya se sabe como son los japos, muy honorables ellos) y los momentos de mayor tensión, como ese en el que unos soldados yankis tienen prisioneros a dos soldados del imperio del sol naciente.
Eastwood no escatima en crudeza y muestra lo que tiene que mostrar, sin miedo, y más teniendo en cuenta que en esta ocasión los malos, el enemigo, son los norteamericanos. Lo cierto es que los japoneses deben sentirse
contentos con como se los refleja (de hecho, la cinta ha sido un taquillazo allí) ya que, exceptuando al típico fanático que prefiere suicidarse o hacer el kamikaze, los soldados son retratados comos seres humanos, no como héroes, que saben que van a morir pero que lo haran con el honor que ellos tanto valoran.



En resumen, una muy notable cinta bélica, con un Ken Watanabe que se come la pantalla y con unos personajes muy trabajados. Las únicas pegas que se pueden achacar a la cinta son algún momento de bajada de ritmo, la banda sonora (lo siento, pero ya me he cansado de los solos de guitarra de las músicas de Eastwood) y, sobre todo, que si la valoramos junto con la primera parte del díptico pierde bastante puntos. Eso sí, como película individual, una maravilla perfecta para ver en cine (para los despistados: la peli es en versión original con subtítulos).

Nota: 8.

14 febrero, 2007

Diamante de sangre

La familia de Solomon vive tranquilamente en una aldea de Sierra Leona hasta que unos miembros del FUR atacan salvajemente el pueblo, matando a mujeres y niños y convirtiendo a los hombres más fornidos en trabajadores de las minas de diamantes. Será así como Solomon encuentre un pedrusco de gran tamaño y vea la posibilidad de huir del país, aunque la tarea sea casi imposible. En su huida se cruzará con Danny Archer, contrabandista de diamantes y antiguo guerrillero que verá la posibilidad de salir del continente gracias al gran diamante.

Lo cierto es que para ser una peli de acción la cosa tiene bastante miga y bastante energía como para denunciar algo tan negativo como la esclavitud, los niños soldados y el tráfico de diamantes, temas que son abordados sin ningún tipo de complejo y que en ocasiones van acompañados por escenas subiditas de tono (en cuanto a violencia, claro). El director Edward Zwick se recupera así del pequeño batacazo que significó El último samurai, cinta que si bien no era mala tampoco llegó al nivel que se esperaba en su estreno. Aquí está todo muy bien montado y preparado, condensando con inteligencia acción, drama y denuncia, que se entremezclan a la perfección, sobre todo en la primera mitad de la producción.
Zwick consigue un buen trabajo de dirección, aunque se deja llevar por el metraje y las ganas de contar una historia necesaria pero que con un poco más de garra se podría haber puesto al mismo nivel que la notable El jardinero fiel
(que denuncia las malas artes de las farmacéuticas en África). El director se muestra sabio a la hora de dirigir a sus actores, sobre todo al trio principal, donde destaca DiCaprio y la bellísima Jennifer Connelly, no tanto por su trabajo sino más bien por su carismática presencia.
DiCaprio consigue un personaje bastante decente, un hombre que ha dedicado su vida al tráfico de diamantes y que un día descubre todo lo que las piedras preciosas causan (guerras, violencia, muertes, explotación infantil), y
aunque se solidarice con la causa en su mente sigue estando presente el dineral que puede ganar. Es como un malo bueno con muchos matices (que en manos de otro guionista, dicho sea de paso, podría dar más de sí). DiCaprio consigue una interpretación estupenda, aunque lo de la nominación al Oscar por este papel le venga un poco grande, sobre todo si tenemos en cuenta que en Infiltrados estaba bastante mejor.
El papel de Solomon es interpretado por el actor beninés Djimon Hounsou, muy recordado gracias al papel de coleguita guay de Gladiator. Su nominación al premio de la Academia también puede ser exagerada, aunque el papel de padre sufrido y amante de su familia le queda bastante bien. Y sobre Jennifer Connelly poco se puede decir, salvo que aparece en pantalla más de lo que uno espera (al menos yo) y que cada vez que se le hace un primer plano uno se olvida de lo buena actriz que es por culpa de esa mirada y esa sonrisa.




Técnicamente, y como sucede en este tipo de producciones, todo esta muy bien montado, sobre todo el sonido y todas sus mezclas. Hay acción a raudales, bien rodada, sin escatimar en salsa de tomate y que en ocasiones puede parecer más dura de lo habitual en películas de acción, pero no tenemos que olvidar que esto no es acción a secas, es acción con denuncia, y eso se nota.
Todas las secuencias de acción están muy bien montadas y rodadas y el único problema que se le puede achacar es la velocidad de algunos planos y, sobre todo, el exceso de metraje de la cinta. Casi dos horas y media para contar una historia que bien se podía quedar en dos horitas y gracias. Y es que el final se alarga un poco y aunque no moleste, por eso de la pirotecnia y demás, si que se hace un pelín pesado. Este tipo de historias son muy necesarias de contar, pero para que el gran público las conozca y molesten a quien tienen que molestar, se tendría que pensar más en la vegija del espectador y en quitar algunas cosas que se dan por supuestas y que el público no necesita ver.



Diamante de sangre es un película entretenida, que auna acción con denuncia social y buenas interpretaciones, pero que termina perdiéndose un poco por un metraje largo y cansino hacia el final de la historia. En definitiva, una película que seguro molestará lo suyo a las grandes firmas que tratan con diamantes y que consiguirá (aunque no valga de nada) concienciar a algunas personas de lo grave que resulta la explotación infantil, el tráfico de armas y, más jodido aún, el tema de los niños soldados, que se muestra muy bien en la cinta y que debería ser solucionado si o si (y ya se que lo que yo diga no vale un carajo, pero dicho queda).

Nota: 7.