29 mayo, 2008

Indiana Jones y el reino de la calavera de cristal

1957. El mundo está en plena guerra fría y los soviéticos buscan en suelo americano un arma que los convierta en los amos del mundo. Sólo Indiana Jones y un joven rebelde serán capaces de anticiparse a la jugada. Comunistas, viejos amigos, pasados romances e, incluso, inteligencias superiores, se dan la mano en el regreso a las pantallas del amado Dr. Jones.

Insensato. Insensato fui cuando dudé de la capacidad de entretener de Steven Spielberg. Y es que si el trío maravillas, Spielberg, Lucas y Ford, se reunía a la vez para parir una nueva aventura de Indiana, algo bueno tenía que salir. Esto no es una secuela cualquiera, es el regreso (y despedida, al menos aparente) de uno de los personajes clave de la historia del cine, y no digamos ya del género de aventuras. Spielberg nos sorprende con un principio divertidísimo y entretenido al máximo, donde lo único que podemos hacer es gozar ante el espectáculo. No es El arca perdida. No es La última cruzada. Pero la pondría por encima de El templo maldito (quizás, las más incomprendida). Y es que el señor Spielberg no es un cualquiera, sabe dar espectáculo cuando el público se lo pide y sabe dar emociones puras cuando la historia lo necesita. Aunque si algo malo tiene la nueva entrega de Indi es el guión de David Koepp. En muchas ocasiones se le va la cabeza con alguna fantasmada y es una lástima que nunca podamos disfrutar del libreto escrito por Frank Darabont (de cuya última película, hablaré en breve), considerado por los propios Spielberg y Ford, el mejor de la saga (lástima que Lucas no lo aceptase). Pese a eso, Spielberg sabe sacarle el máximo a un personaje que conoce a la perfección.
Harrison Ford demuestra estar en plena forma a sus 67 añazos. Sigue haciendo la gran mayoría de las escenas de acción y, por supuesto, el personaje le sigue quedando como anillo al dedo. Como malvada de la función tenemos a la pin-up medium Irina Spalko, una espectacular Cate Blanchett que está a la altura de las circunstancias. Para rematar la faena, aparece Karen Allen, la siempre mítica Marion Ravenwood, con la misma intensidad y química (con el espectador y con Ford) que en El arca perdida. El resto de actores, Shia LaBeouf, John Hurt o Ray Winstone, cumple a la perfección con su interpretación y el joven LaBeouf se presenta como un personaje con carisma y presencia.



Técnicamente, la nueva entrega de Indiana Jones, es bastante interesante. Interesante en el sentido de que no se han colado con los efectos digitales tanto como cabía esperar. Spielberg quería una producción que no desentonara con la trilogía original en el plano técnico y lo consigue en cierto punto, hasta el final de la cinta. Es entonces cuando se le va un poco la mano con los efectos, pero tampoco importa mucho, porque antes nos ha ofrecido momentos de buena artesanía. La banda sonora de John Williams sigue sonando exactamente igual que hace 19 años (cuando digo igual, es igual, no ha aportado nada nuevo el tío) y la fotografía de Kaminiski es en ocasiones buenísima y a ratos algo dejada.
Pero lo que más importa es pasarlo bien y para eso Spielberg y su equipo consiguen crear algunas secuencias muy trabajadas y divertidas. La persecución inial en el Almacen 51 es uno de los inicios más espectaculares vistos últimamemte y la secuencia en el Amazonas deja con la boca abierta y sin un momento de descanso. Además, Spielberg se permite crear un final muy espectacular, aunque algo soso, donde da rienda suelta a sus más conocidas aficciones. Como escuché a alguien decir, "Spielberg ha creado a los frikis y lo sabe. Con el final de esta película lo deja muy claro".



En definitiva, una entretenida y divertida película, todo lo que se puede esperar de Indiana Jones, con cierto toque nostálgico, que por momentos se convierte en modernez, con secuencias espectaculares y un sentido del cine de aventuras que dejó de existir hace muchos años. Si momias, piratas y demás fauna actual aprendiera la lección, el cine de aventuras viviría su mejor momento y no sólo la recaudación del primer fin de semana sería lo más importante.

Nota: 6.

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