01 junio, 2006

Hard Candy

Jeff y Hayley se han conocido a través de Internet y deciden quedar para conocerse en persona. Hayley tiene 14 años, Jeff 32.
Lo que Jeff no sospecha es que la chica pretende "jugar" con él para hacerle reconocer y pagar por un grave delito, la pederastía.

Sin duda alguna estamos ante una de las cintas más provocativas y perturbadoras del año, no sólo por tratar el tema de la pedofilia, sino también por plantearnos cuestiones tan interesantes como las que nos plantea la joven protagonista. ¿Podemos torturar y maltratar psicologicamente a una persona que abusa de los niños? ¿Merece esa persona ser castigada físicamente? ¿Quedan nuestros actos justificados cuando estamos repartiendo nuestra propia ley?
El gran acierto de la historia dirigida por el debutante David Slade y escrita por Brian Nelson es que en casi ningún momento se nos muestra de manera explícita la violencia, siempre queda sugerida o, como mucho, desenfocada. Y es que Slade mueve la cámara con buena mano y sabe mostrarnos lo que debemos ver para que nuestra mente haga el resto del trabajo.



El otro gran acierto de la película son los protagonistas. Patrick Wilson (El fantasma de la ópera) logra crear una interpretación notable, en algunos momentos sobresaliente y capaz de poner el corazón de los espectadores en la boca. Y es que hacía la mitad de la película tiene lugar la que, pósiblemente, sea la escena más dura, escalofriante y acojonante que se haya visto últimamente en el cine. Y ojo, porque los tíos lo pasarán mil veces peor.
Ellen Page (X-men: la decisión final), por su parte, consigue llevarse el gato al agua, resolviendo con maestría su papel, resultando terrorífica y enfermiza, inteligente y dura, incluso sensual en según que momento...aunque en el aire queda la cuestión planteada, ¿está bien todo lo que hace?



En las casi dos horas de duración no cabe el lugar para el aburrimiento, con un ritmo bastante bueno, ayudado por unos espontáneos y excelentes diálogos y, sorprendentemente, por un buen doblaje, aunque claro, en versión original siempre es mejor. Sandra Oh (Anatomía de Gre o Entre copas) aparece brevemente, aunque su personaje no tiene la relevancia que se podría esperar en su primera aparición.
En definitiva, una magistral muestra de buen cine, con grandes dosis de suspense, que en algunos momentos logra encojer las piernas a los/las más valientes.

Nota: 8

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