17 agosto, 2006

Piratas del Caribe: el cofre del hombre muerto

La boda entre Will y Elizabeth será interrumpida por un enviado de la corona, que detendrá a los enamorados y a los que obligará a encontrar a Jack Sparrow para que éste le entregue su brújula. Pero mientras esto sucede, Jack tiene sus propios problemas, ya que una vieja deuda de sangre con Davy Jones, capitán del legendario Holandés Errante, le obligará a buscar una misteriosa llave para poder abrir un extraño cofre y, así, poder negociar con Jones su salvación. Además, el antiguo comodoro Norrington buscará recuperar el honor perdido a manos de Will y Jack, aunque para ello tenga que enrolarse como pirata.
Y para colmo de males, el temible Jones tiene la habilidad de invocar al Kraken, una terrible criatura que asola los mares y destruye todo lo que encuentra en su camino.

Y es que, como era de esperar, esta nueva entrega de los piratas caribeños nos trae acción, nos trae aventuras, nos trae cachondeo y nos trae a Johnny Depp en todo su esplendor. Si señor, Johnny Depp es el amo de la cinta, logrando eclipsar todos y cada uno de los momentos en los que otro actor esta cerca suyo. En esta ocasión lo veremos más excéntrico e histriónico que nunca (si cabe) y de todos los actores que aparece es, sin duda, el que consigue la nota más alta.Al igual que ocurría en la primera parte, Orlando Bloom mantiene su cara inexpresiva y su habilidad para las escenas heróicas y Keira Knightley se dedica a poner morritos (cosa que lleva haciendo desde que empezó) y pelear un poco más que en la entrega anterior.
Aunque lo cierto es que si Depp se lleva los elogios, también cabría felicitar a Stellan Skarsgard por su interpretación (muy dura, ya que conforme avanza la peli tiene más y más maquillaje encima) y a Bill Nighy, que realmente es Davy Jones, a pesar de que este personaje sean pixeles y pixeles, ya que la fuerza interpretativa del monstruo digital proviene de él.

Pero claro, tanto hablar de actores en una película de aventuras no tiene mucho sentido, porque si por algo triunfa esta saga (Depp aparte) es por su impecable factura técnica. Es más, me atrevería a decir que es una cinta técnicamente perfecta, en la que nada chirría o molesta y en la que todos los aspectos formales están más que justificados (a excepción de alguna que otra cámara lenta un pelín chorra). Verbinski dirige con buena mano, como lleva haciendo desde hace tiempo, y aunque no sea una gran director, si ha demostrado en estos años, ser un director todoterreno con buenas ideas (The mexican, The ring o la misma Piratas del caribe: la maldición de la Perla Negra) y muy competente.
Tanto la fotografía, como la banda sonora, los efectos de maquillaje y demás están muy notables y casi seguro que arrasan en los premios para esas categorías.
Pero sin duda alguna, son los increibles efectos especiales los que más triunfan a lo largo del metraje. Davy Jones está tan bien realizado que en algunos momentos se olvida que no es real y la batalla con el Kraken es tan asombrosa como demoledora.

En resumen, una entretenidísima historia, muy semejante a la primera en cuanto a acción y coñas se refiere, en la que tan sólo el inicio es un poco flojo, con Johnny Depp en su salsa, buenos momentos de acción y de espectáculo puro.
Esperemos que la tercera parte nos depare una enorme aventura (cosa que promete) y que los señores guionistas nos metan en una misma escena a Davy Jones, Jack Sparrow, Barbosa y a Chow Yun-Fat (sea cual sea su papel). Eso si sería la leche.

Nota: 7.

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