10 febrero, 2008

30 días de oscuridad

Barrow, Alaska. El pueblo situado más al norte de los EEUU sufre una vez al año una noche de 30 días de duración. Lo que nunca fueron capaces de imaginar los lugareños de tan alejado pueblo es que unos vampiros sedientos de sangre aprovecharían tal circunstancia para darse el festín de su vida.

Hace casi dos años, la sección de críticas de Ocio Noticias comenzó su andadura con la opinión que suscitó en un servidor Hard candy, del por aquel entonces debutante David Slade. Ahora se estrena en nuestro país su segunda película como director, la adaptación del cómic 30 días de noche (lo de cambiar títulos es algo muy castizo, se nos da muy bien...). Fiel al estilo inquietante y provocador de su opera prima, Slade nos ofrece un verdadero festival a los amantes del terror y, en especial, a los que disfrutamos viendo historias de vampiros. Con una puesta en escena brutal y un uso técnico casi perfecto de la cámara y el montaje, Slade nos trae una historia original dentro de un malgastado subgénero, logrando por momentos situarse a la altura del maestro John Carpenter, cuya Vampiros sigue siendo hoy día la mejor película donde aparecen estos seres. Pero claro, la obra de Carpenter es tan magistral que por mucho que Slade se esfuerce, 30 días de oscuridad sólo le llega a la suela de los zapatos (que, sinceramente, ya es bastante). Pero como las comparaciones son odiosas, Slade tiene que sentirse muy orgulloso por diferentes motivos. Por lograr crear uno de los mejores villanos de los últimos años (el mejor personaje de la función), por lograr esa increible puesta en escena, por llenarlo todo de violencia salvaje y por conseguir que todo (o casi) encaje bastante bien.
Con Josh Hartnett como protagonista, los amantes del terror podríamos haber temido lo peor. Pero el joven actor lleva unos años muy concienciado con no encasillarse y mostrar lo que sabe hacer sin ir de estrella, algo que consigue a la perfección en este film. Melissa George o Mark Boone Junior (memorable escena la suya en el camión) también están muy metidos en el papel pero es, sin duda alguna, Danny Huston como líder vampiro lo mejorcito de la función. Cada vez que abre la boca dice una vacilada y, a diferencia de muchos monstruos de este tipo, demuestra conseguir un personaje inteligente y de ideas claras.



Técnicamente, 30 días de oscuridad cuenta con innumerables aciertos. Desde la fotografía, hasta el montaje pasando especialmente por el maquillaje. Los efectos de maquillaje están tan logrados y bien hechos que los vampiros dan bastante miedo y las escenas gore son de una crudeza increible (decapitaciones por doquier y hasta una niña vampiro deambulando por ahí).
Si hubiera que sacarle algo negativo a la película sería, sin duda, el final. Y es que, aunque no he leído el cómic y no se si es igual, descoloca muchísimo. Sólo por el final, la cinta pierde mucho encanto y termina de mala manera SPOILER y con una escena calcada a la que Guillermo del Toro hizo para Blade 2 SPOILER. A pesar de este error, culpa seguramente del guión escrito por el propio autor del cómic, Steve Niles, el film de Slade consigue lo que quiere y da al espectador la oportunidad de disfrutar de buen cine de terror y con vampiros, algo que nunca sabemos cuando volverá a suceder.



En definitiva, una muy entretenida cinta para los aficcionados al gore, a los vampiros y al terror. Una oportunidad, rara en estos días, de disfrutar con una película brutal en cuanto a su puesta en escena, con grandes secuencias y un malo maloso digno de estar entre los mejores.

Nota: 7.

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