Los medios de comunicación de todo el mundo se hacen eco de la noticia. Un gigantesco meteorito se dirige a la Tierra irremediablemente y cuando llegué, en tres días, todo rastro de vida humana será borrado de la faz del planeta. Para Ale, vecino del pequeño pueblo de Laguna, esto no supone ningún problema ante su deprimente vida hasta que aparece en escena Lucio, que dice ser amigo de su difunto hermano y que esconde un peligroso secreto.
Esta crítica puede contener SPOILERS.
Con muchísimo retraso respecto al estreno en cines, he podido disfrutar de esta producción española, que me ha sorprendido gratamente. El debut en la dirección de largometrajes de F. Javier Gutiérrez no se podía saldar de una manera más efectiva y espectacular. Criado en el mundo del corto, Gutiérrez decidió rodar una historia que el vería como espectador y da un verdadero soplo de aire fresco en la cascadísima "industria" del cine español. Lo cual no significa que 3 días sea una obra maestra, porque tiene algunos fallos gordos, pero el simple hecho de intentar hacer algo diferente y de realizar una última hora de película que no deja respirar al espectador, hacen que vuelva a tener fe en la nueva generación de directores patrios, que están llamados a salvar el cine nacional. Los principales fallos que comete Gutiérrez en la cinta están relacionados con el guión, especialmente con el personaje de la madre (la excesiva teatralidad con que está interpretada y su extraño final) y la primera media hora, pero sobre su dirección sólo cabe el aplauso. Con una casi perfecta planificación y un excelente ritmo narrativo el director cordobés nos da un verdadero espectáculo, consiguiendo una película totalmente íntima, al dejar de lado la catástrofe que se avecina y saber centrarse en los personajes.
Porque si en el guión encontramos algunos errores, en la dirección de actores y en la composición de casi todos los personajes no hay ninguno. Ale, interpretado muy correctamente por Víctor Clavijo, es un hombre deprimido, sin preocupaciones por eso del fin del mundo, hasta que debe proteger a sus sobrinos. Unos sobrinos bien dibujados y no demasiado cargantes para ser niños, que suelen ensuciar este tipo de historia. Mención especial para el chavalín Juan Galván por su enorme naturalidad. Pero el verdadero punto neurálgico de la historia es la lucha entre Ale y Luciano, interpretado convincentemente por Eduard Fernández. Ambos comparten secuencias muy buenas donde pueden sacar lo mejor de sus personajes, uno decidido a proteger a su familia, el otro, un psicópata meticuloso y paciente.
Con muchísimo retraso respecto al estreno en cines, he podido disfrutar de esta producción española, que me ha sorprendido gratamente. El debut en la dirección de largometrajes de F. Javier Gutiérrez no se podía saldar de una manera más efectiva y espectacular. Criado en el mundo del corto, Gutiérrez decidió rodar una historia que el vería como espectador y da un verdadero soplo de aire fresco en la cascadísima "industria" del cine español. Lo cual no significa que 3 días sea una obra maestra, porque tiene algunos fallos gordos, pero el simple hecho de intentar hacer algo diferente y de realizar una última hora de película que no deja respirar al espectador, hacen que vuelva a tener fe en la nueva generación de directores patrios, que están llamados a salvar el cine nacional. Los principales fallos que comete Gutiérrez en la cinta están relacionados con el guión, especialmente con el personaje de la madre (la excesiva teatralidad con que está interpretada y su extraño final) y la primera media hora, pero sobre su dirección sólo cabe el aplauso. Con una casi perfecta planificación y un excelente ritmo narrativo el director cordobés nos da un verdadero espectáculo, consiguiendo una película totalmente íntima, al dejar de lado la catástrofe que se avecina y saber centrarse en los personajes.
Porque si en el guión encontramos algunos errores, en la dirección de actores y en la composición de casi todos los personajes no hay ninguno. Ale, interpretado muy correctamente por Víctor Clavijo, es un hombre deprimido, sin preocupaciones por eso del fin del mundo, hasta que debe proteger a sus sobrinos. Unos sobrinos bien dibujados y no demasiado cargantes para ser niños, que suelen ensuciar este tipo de historia. Mención especial para el chavalín Juan Galván por su enorme naturalidad. Pero el verdadero punto neurálgico de la historia es la lucha entre Ale y Luciano, interpretado convincentemente por Eduard Fernández. Ambos comparten secuencias muy buenas donde pueden sacar lo mejor de sus personajes, uno decidido a proteger a su familia, el otro, un psicópata meticuloso y paciente.
Tecnicamente, 3 días es una gozada. Desde El laberinto del fauno no veía una cinta tan bien rodada como esta en España. Con una fotografía muy trabajada y brillante, obra de Miguel A. Mora y una excelente labor de producción que nos traslada a una época inconclusa llena de Renaults 4 latas y televesores Telefunken cascados, el equipo cae en el acierto de no definir claramente el lugar de la acción, lo que la dota de más naturalidad (y le da punto de cara el marecado extranjero). Si bien, como ya he mencionado, la primera media hora de película es un poco confusa, con escenas no muy bien cerradas y con un par de agujeros en el guión, la escena que abre la cinta, la del satélite golpeado por restos del meteorito (muy espectacular), puede hacer pensar que estamos ante una película "americanizada" pero, rápidamente, se gira hacia un mayor intismismo, hacia unos personajes que buscan pasar esos últimos días como mejor puedan.
Las escenas de efectos especiales están muy bien logradas y son vistas desde una perspectiva anti Hollywood, donde lo fácil es mostrar ciudades con grandes monumentos destruyéndose. Aquí es un yermo paraje el protagonista, el último escenario que vemos antes de la destrucción total.
En definitiva, 3 días será en poco tiempo una cinta de culto, sino lo es ya. Es una verdadera lástima que no se le diese la promoción adecuada, porque podría haber reventado taquillas, ya que tiene la suficiente calidad y ritmo como para eso. Cuando los usamericanos hagan el remake (que llegará tarde o temprano), seguro que triunfa. sin llegarle a la suela de los zapatos. Y es que, coincidiendo plenamente con José Luis Garci, ya es hora de que los jóvenes ocupen la silla de director y traigan algo nuevo. Ya es hora de dejar paso a la nueva generación. Eso y gastarse un poquito en publicidad, que esto es arte si, pero si un productor no amortiza no vuelve a invertir.
Nota: 7.
Nota: 7.
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