Años 70. Los homesexuales son perseguidos y marginados por toda norteamerica. Pero algo comienza a cambiar cuando Harvey Milk accede al puesto de supervisor (concejal) en la ciudad de San Francisco, convirtiéndose en la primera persona abiertamente gay en ocupar un cargo público en la política usamericana.
Gus Van Sant deja atrás su cine experimental o menos enfocado a gustar a todo el mundo y nos presenta un biopic notable, con unas excelentes interpretaciones, alejado de lo que una biografía fílmica suele ser en Hollywood, mezclando imágenes de archivo con las de producción propia y todo bien asentado en un trabajado guión. Van Sant se aleja de sus propuestas más arriesgadas, como pueden ser Elephant o Last Days, y regresa al tono que tan buenos resultados le dio con El indomable Will Hunting, salvando las distancias, evidentemente. El director mezcla de manera notable el drama político (excelentes escenas de debate) y las imagenes documentales, pero sobre todo, se basa en las interpretaciones de sus actores.
Sean Penn vuelve a demostrar que es uno de los mejores intérpretes que trabajan hoy en día, logrando dar a su personaje toda la dignidad y fuerza que requiere. Junto a él podemos ver a un excelente James Franco, en su mejor interpretación hasta la fecha. La química entre ambos actores (que interpretan a una pareja) es tan natural y está tan bien llevada que nos creemos en todo momento su relación y cada vez que comparten plano uno puede pensar que hay verdadero amor, especialmente por sus miradas. Josh Brolin también consigue una buena actuación, a pesar de que su personaje quede bastante desaprovechado. Pero cuando sale en pantalla cumple correctamente, con un personaje, Dan White, que es todo lo contrario a Milk tanto en creencias como en estilo de vida.
Sean Penn vuelve a demostrar que es uno de los mejores intérpretes que trabajan hoy en día, logrando dar a su personaje toda la dignidad y fuerza que requiere. Junto a él podemos ver a un excelente James Franco, en su mejor interpretación hasta la fecha. La química entre ambos actores (que interpretan a una pareja) es tan natural y está tan bien llevada que nos creemos en todo momento su relación y cada vez que comparten plano uno puede pensar que hay verdadero amor, especialmente por sus miradas. Josh Brolin también consigue una buena actuación, a pesar de que su personaje quede bastante desaprovechado. Pero cuando sale en pantalla cumple correctamente, con un personaje, Dan White, que es todo lo contrario a Milk tanto en creencias como en estilo de vida.
Otro punto fuerte de Milk es su capacidad para mostrarnos la moral norteamericana. Esa donde sólo los más cristianos, castos y patriotas pueden aspirar a algo en la vida. Por supuesto, el contexto histórico de la cinta ayuda a que esa contraposición entre los ideales y pensamientos del protagonista choquen con los predominantes en los USA. Las escenas de debates o de mítines consiguen muy bien su objetivo, logrando que el espectador se llegue a emocionar. Todo eso, junto con el enorme logro de no caer en el morbo fácil y rodar todas las escenas íntimas con mano firme, hacen de Milk una interesante propuesta cinematográfica.
Pero la cinta no es perfecta, especialmente por unos primeros minutos lentos y algo descafeinados y, sobre todo, por la horrorosa actuación de Diego Luna. Aunque su personaje es el que peor parado sale en lo que a guión se refiere, una loca celosa y algo paranoica, Luna tampoco pone mucho de su parte y termina resultando algo ridículo, lo que es una pena teniendo en cuenta algunas de sus actuaciones anteriores.
En definitiva, una película notable, con muy buenos momentos (ojo a la escena cumbre del film, con una dolorosa cámara lenta) y unas interpretaciones muy buenas. Si a eso se le suma el retrato que se hace de la homosexualidad, mucho mas acertado que el de Brokebak Mountain por ejemplo, y las secuencias entre Penn y Franco, tenemos una muy interesante película.
Nota: 7.
Nota: 7.
1 comentario:
Creo que BMountain contaba una historia de amor más allá del sexo y sexualidad de sus personajes. Milk sí que habla sobre la homosexualidad.
Vale, es una película más que aceptable, pero no me gusta que su pulcra estética y narrativa academicista haya tenido tanto bombo en detrimento de obras mayores (p.ej. Revolutionary Road). Y El indominable WH era horrible!!!!
Saludos,
http://cachecine.blogspot.com
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